Bajo la batuta del histórico Bernardinho, pero sin los galácticos del pasado, los hombres del voleibol de Brasil preparan su debut olímpico enfocados en su juego y dispuestos a controlar la presión de una 'torcida' que pide a gritos el oro.
Tras un entrenamiento de poco más de una hora, los jugadores brasileños salieron del 'Maracanazinho' y sonrientes declararon su felicidad por representar a su selección, en casa y en los Juegos Olímpicos.
Jugar en casa "hace la diferencia para mejor, tenemos una torcida brasilera maravillosa que siempre anima", señaló Evandro.
"Estamos preparados para buscar el oro" y enfocados en "trabajar bien la cabeza para entrar y conseguir hacer bien nuestro trabajo", advirtió el opuesto.
Una concentración que el equipo deberá mostrar en el debut ante México el domingo, señaló el entrenador Bernardinho.
El entrenador que conquistó el oro olímpico con Brasil en Atenas-2004 consideró que la tensión se supera jugando ante México "con pasión, corazón y con inteligencia".
Para Serginho, que ocupa la posición de líbero, es real que "la responsabilidad es enorme", pero confió en la madurez y las ganas del equipo para salir adelante y demostrar ante su gente y en la mayor cita olímpica la calidad que lo elevaron a la élite del voleibol.
Brasil llega a los Juegos con un equipo sólido, pero sin figuras rutilantes como Dante, Giba y Murilo, que quedó fuera de la nómina final a último momento.
En su debut enfrentará al equipo mexicano, en los papeles uno de los más débiles de la competencia, que logró la clasificación a Rio con lo justo y a último momento.
El domingo, la primera jornada del Grupo A se completará con el encuentro entre Italia y Francia, actual campeón europeo, y el potente Estados Unidos irá ante Canadá.
En Rio, Brasil deberá superar el maleficio y ganar en una final tras dos duras derrotas ante Estados Unidos y Rusia, en las finales olímpicas de Pekín-2008 y Londres-2012, respectivamente.
Y dejar atrás la sorpresiva derrota sufrida en la final de la Liga Mundial en julio ante Serbia, la gran ausente de los Juegos.
"No puede perjudicarnos lo que pasó", en Cracovia ante Serbia, acotó Evandro.
Para el jugador, la final "fue un juego atípico, no sé qué aconteció, sufrimos un apagón y no conseguimos hacer nuestro trabajo, pero eso no va a pasar de nuevo".
La caída ante Serbia encendió las alarmas de un Brasil lanzado al oro en un torneo olímpico de voleibol marcado por la presencia de muchos equipos en gran forma.
Estados Unidos, campeón de la Copa Mundial en 2015, es uno de los equipos a vencer junto a Rusia y Polonia.
Más allá de la paridad, los jugadores brasileros están convencidos de que lo de Serbia quedó atrás y que el calor de la 'torcida' encenderá a un equipo acostumbrado a desplegar un juego fuerte en ofensiva, con remates espectaculares y buenos movimientos para contraatacar.
La posibilidad de medalla de oro de Brasil en hombres se suma al favoritismo que ostenta el país en la rama femenina, donde el combinado va por conquistar la tercera presea dorada consecutiva.
Oportunidades de medalla que sumadas a la alta popularidad del voleibol en Brasil llevaron a que las entradas para los partidos se agotaran rápidamente.
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