Colombia nadó y nadó, para morir en la orilla de otra Copa América

Más allá de las condiciones climáticas, un terreno anegado, y supuestas njusticias arbitrales, la Colombia de José Pekerman murió ahogada en la orilla de otra Copa América, culpa de su incapacidad para generar un fútbol ofensivo y más perpicaz en la defensa.

Abatida por estos factores, Colombia cayó derrotada ante Chile por 2-0 en la semifinal del torneo, la noche del miércoles en una ciudad de Chicago afectada por una tormenta eléctrica y fuertes lluvias.

Ahora la final del domingo la jugarán Chile y Argentina en Nueva York, mientras Colombia toma el avión rumbo a Phoenix para enfrentar el sábado a Estados Unidos por el tercer lugar, un partido entre desconsolados perdedores de las semifinales.

Tiempo tendrá Pekerman para reflexionar sobre la derrota, y reconocer que las justificaciones que dio ante la prensa la noche del miércoles fueron producto más de frustración que del análisis objetivo.

"Fuimos víctimas de la adversidad: un penal que no se cobró, la larga espera por la lluvia, la expulsión de un jugador que nos desequilibró, con un 2-0 abajo", dijo un abatido Pekerman.

Pero lo cierto es que las señales se veían a la distancia.

Mientras Chile caminaba de menos a más el torneo, Colombia lo hacía en sentido inverso, descendiendo del paraíso al infierno de una noche tormentosa.

El equipo 'cafetero' acabó segundo del Grupo A tras derrotar a Estados Unidos (2-0) y a Paraguay (2-1), y perder con Costa Rica (2-3), en un partido que Pekerman usó como laboratorio al abrir con sus reservas, pero que a la larga afecto el estado anímico y futbolístico de sus jugadores.

Una selección que se reunía apenas unos días antes para jugar este Copa, necesita de más conocimiento mutuo y juego de conjunto, y ante los 'ticos', Pekerman perdió la oportunidad de aceitar su maquinaria titular.

En cuartos de final, Colombia eliminó a Perú al empatar 0-0 en el tiempo reglamentario y ganar en tanda de penales por 4-2.

El único titulo de Colombia en una Copa América fue en la edición de 2001 jugada en su patio. Ahora estuvo cerca, pero la ingenuidad le arrebató la gloria.

Fueron los 10 minutos iniciales del partido los que marcaron su destino, que aprovechó Chile para colarle dos goles de vértigo.

Después, Colombia se recompuso, y a ojos de muchos entendidos dominó buena parte del encuentro, pero una cosa es tener la pelota (47,3% de posesión) y otra encontrar el camino para convertirla en gol.

En los finales de la segunda mitad se vio el verdadero potencial de la Colombia de Pekerman. La que, de jugar de la forma en que lo hizo cuando ya tenía un pie en la tumba, tal vez hubiera llegado a la final en Nueva York.

En un terreno anegado, con un hombre menos por la expulsión de Carlos Sánchez, quien se entretuvo más en detener con faltas a Fuenzalida que en cortarle el camino a la puerta, Colombia mostró su mejor fútbol.

De los 16 tiros a puerta con perfume de gol que tuvo en el partido contra Chile, once fueron en la segunda mitad, y seis en el último tercio.

Al equipo 'cafetero' le siguen faltando esos diez centavos para el peso: amenaza con grandes hitos, pero falla en la hora clave.

"Los errores defensivos de esos 10 minutos del primer tiempo fueron suficientes para acabar con una Colombia que tuvo más testosterona que neuronas", escribió un cronista colombiano, como epitafio a la derrota.

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