Idalis Ortiz, la judoca cubana que entrena con hombres rudos para brillar en Rio

A Idalis Ortiz le gustan las telenovelas brasileñas, pero a la hora de entrenar elige hombres rudos antes que galanes. La campeona olímpica de judo perfeccionó con los primeros la técnica que la perfila como una de las mayores apuestas de Cuba en Rio de Janeiro.

Ortiz, de 26 años, es una mole de fuerza y técnica que quiere revalidar el título que alcanzó en la categoría de +78 kg en Londres hace cuatro años.

Esta vez buscará el oro en Rio de Janeiro, la ciudad donde se escenifican buena parte de las historias de amor que tanto la entretienen y la hacen "llorar", para dedicarse a un sueño más íntimo.

"Después de estos Juegos Olímpicos quiero hacer un stop, quiero crear una familia, pero no es la intención abandonar el judo. Espero regresar para desentrenarme o tal vez para continuar, depende cómo me sienta", confesó Ortiz a la AFP.

Nacida en Candelaria, un poblado a 84 km de La Habana, Ortiz aprendió a fuerza de las caídas, y más caídas que le provocaron los hombres. Y no es metáfora rosa. Idalis se entrena con hombres rudos.

En Londres logró lo que parecía imposible: quebrar la hegemonía china y japonesa. Nunca antes una atleta nacida fuera del continente asiático había reinado en +78 kg desde que el judo abrió las puertas a las mujeres en Barcelona-1992.

De 1,73 m de estatura y 115 kg, sonrisa fácil y tiernos gestos, Ortiz superó sobre el tatami de la capital británica a las favoritas Tong Wen (China) y Mika Sugimoto (Japón).

En Rio "espero mantener mi oro olímpico", pero "cualquiera que se me ponga delante va a ser una figura difícil", advirtió Ortiz intentando aplacar la sobrecarga de expectativas que genera su palmarés: casi 200 medallas, incluidas dos olímpicas (oro y bronce), cinco en mundiales (dos oros, tres bronces) y quince títulos panamericanos.

Antes de alejarse por un tiempo de la competencia, Idalis Ortiz quiere concederle al judo latinoamericano un inédito segundo oro olímpico.

Para conseguirlo entrena siete horas diarias bajo la guía de su nuevo preparador Armando Padrón y, como siempre, en condiciones especiales. Desde que empezó a practicar esta disciplina, en 1999, lo hizo con hombres que no han sido galanes sobre las lonas.

"Siempre fui muy corpulenta, no tenía niñas para competir. Siempre, la vida entera, he tenido que lidiar en mis entrenamientos con hombres", porque "están más a mi nivel en algunos casos y muy superiores en otros", explicó.

Ortiz aprendió a pelear de tumbo en tumbo. "No entré ganando y me proyectaban las veces que no se pueden imaginar, pero perder me daba fuerza mental".

El 50% de la fortaleza física y sicológica - agrega- "la alcance" después de "perder combates. Todo eso contribuyó a que hoy sea la persona que soy".

"Desde que llegó al equipo nacional siendo una niña mostró madurez, carácter y dedicación. Ello, unido a su disciplina y talento, le fue forjando una mentalidad ganadora", corroboró Driulis González, leyenda del judo y entrenadora de la selección cubana.

Todo apunta hacia un final feliz en Rio de Janeiro, pero Idalis deberá antes doblegar a la china Song Yu, número uno del mundo, y a la subcampeona mundial, la brasileña Maria Altheman, ansiosa de tomar revancha después de una seguidilla de derrotas ante la cubana.

Idalis Ortiz se incorporó al equipo cubano de judo a los 14 años. Una de sus hermanas la acompañó en su presentación y al ver la fortaleza de las demás judocas le preguntó, nerviosa, si quería quedarse.

"Yo le dije, si estamos aquí, vamos a continuar", y tras disputar algunos combates "el profesor Ronaldo Veitía (ya retirado) le dijo a mi hermana recoge (...) y vete, porque la chiquita se queda aquí", recordó en una entrevista con la AFP.

Contagiados por la angustia de la hermana, sus padres han seguido sus triunfos pero en diferido.

"Mis padres nunca han podido verme competir en vivo. Mis hermanos por la televisión sí consiguen ver un poquito, pero mis padres no", comentó con su irreductible sonrisa.

Cuando no entrena, Idalis lee, escucha música y ve telenovelas mexicanas, brasileñas o "cualquiera que me haga llorar". Hace 12 años está con su pareja, un exhalterófilo cubano.

Además de ella, Cuba apuesta por el brillo olímpico con el luchador Mijaín López, la pertiguista Yarisley Silva, los boxeadores Roniel Iglesias, Lázaro Alvarez y Julio César la Cruz, y la lanzadora de disco Denia Caballero, todos campeones olímpicos y/o mundiales.

La isla pretende ubicarse en Rio entre los 20 primeros del medallero, tras su participación en Londres, donde obtuvo 14 medallas (5-3-6) y ocupó el puesto 16 entre 204 países.

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