Lima prepara los Juegos Panamericanos-2019 subida a la tabla de surf

A tres años de encender la llama de sus Juegos Panamericanos, Lima trabaja mirando al mar, construyendo el que será su primer gran evento polideportivo con el Pacífico como anfitrión, un elemento esencial del continente que ha tardado 68 años en invitarse a la mayor competición de América.

Hace años que la capital de Perú comenzó a pensar en grande y, apoyada en el despegue mundial de su gastronomía, se convirtió en una atractiva sede para albergar citas internacionales.

"Estamos demostrando que podemos organizar grandes eventos, tuvimos la COP-20 en 2014, la reunión anual del FMI y el Banco Mundial el año pasado y fueron muy exitosos. Esa nueva ola influyó en la elección de Lima como sede de los Panamericanos", valoró el presidente del Comité Organizador de Lima-2019, Luis Salazar, en una entrevista con la AFP en Rio de Janeiro.

Aunque los ojos del deporte mundial se pondrán por primera vez en Lima en septiembre del próximo año, cuando el COI celebre allí la sesión donde se elegirá la sede de los Juegos Olímpicos de 2024, por la que compiten Los Ángeles, París, Roma y Budapest.

Era cuestión de tiempo, entonces, que los Panamericanos llegarán a Perú y, tras 17 ediciones, su turno llegó en octubre de 2013, cuando la capital fue elegida para organizar los Juegos de 2019, al imponerse en primera vuelta a las otras tres candidatas (La Punta, en Argentina, Santiago de Chile y la venezolana Ciudad Bolívar).

Era la segunda vez que la ciudad intentaba llevar los Juegos a Perú, después de la candidatura fallida para 2015.

Con la bandera Panamericana en las manos y un presupuesto de 1.250 millones de dólares, en su mayoría fondos públicos, el comité espera dejar como legado el giro de Lima hacia el mar, con la trasformación de Barcelona para los Juegos de 1992 como hoja de ruta.

"Ya tenemos la planificación de infraestructuras hecha y estamos entrando en la etapa de licitaciones e ingeniería. La Villa, que es el proyecto de mayor duración, comenzará a construirse en enero a más tardar y debe estar lista en dos años", aseguró Salazar.

Aunque, más allá de la carrera por las infraestructuras, los organizadores han aprendido de sus predecesores, tanto continentales como olímpicos, que organizar un megaevento no es algo sencillo.

"El presupuesto de 1.250 millones de dólares es una cantidad evidentemente alta para un país como Perú, pero hay que contemplar todos los retornos que traerá, a través del legado social, económico, deportivo y turístico", defendió el presidente del Comité.

Otra de las ambiciones de Lima-2019 es que con las llaves panamericanas Perú abra una época dorada para su deporte, como le suele ocurrir a las ciudades sede. Un fenómeno que conoce bien el tirador Francisco Boza, que en Rio disputó sus octavos Juegos Olímpicos.

Desde que debutó con 15 años en Moscú-1980, 'Pancho' ha asistido al despertar del deporte peruano.

"La economía del país se refleja también en la actividad del país. En un contexto de hiperinflación, terrorismo, no habían oportunidades hace 30 años. A partir de 2011 las condiciones mejoraron especialmente y se logró algo muy importante, que la Educación Física regresara a las escuelas primarias", afirmó orgulloso.

Boza fue el presidente del Instituto Peruano del Deporte entre 2011 y 2014 en el gobierno del anterior presiddente Ollanta Humala, antes de dimitir tras ser relacionado con un empresario acusado de actividades ilícitas.

A partir de entonces volvió a los entrenamientos y en los Panamericanos de Toronto-2015 consiguió la medalla más sorprendente de su carrera, con permiso de la plata olímpica que conquistó con 20 años en Los Ángeles-1984. Ahora colabora con el comité Lima-2019.

Antes de presentarse en Rio, los organizadores de los próximos Panamericanos se llevaron otra alegría, cuando el COI introdujo al surf como nueva disciplina olímpica a partir de los Juegos de Tokio-2020. Un año antes, debutará en Lima.

Con más de 2.000 kilómetros de costa y un Pacífico bravo con olas todo el año, Perú quiere profesionalizar una práctica tradicionalmente recreativa en el país para meterla en el creciente y millonario circuito internacional del surf, siguiendo la senda abierta por la campeona mundial de 2004, la peruana Sofia Mulánovich.

La referencia es el boom del voleibol después de la mítica plata olímpica lograda por el equipo femenino en Seúl-1988.

"Después de aquello, todas las chicas del país querían jugar al voley. Creo que el surf va a generar ese tipo de movimiento con mucha más intensidad", anticipó Salazar.

Perú surfea ya hacia sus Juegos Panamericanos.

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