"Bakú fue un buen fin de semana para mí. Realmente me sentí uno con el coche y eso es algo muy positivo de cara a las próximas carreras. Ahora vamos a Austria, que ha sido un bastión para nuestro equipo los dos últimos años. Va a ser difícil contra los coches Williams en particular, que ha han funcionado muy bien allí en el pasado", avisó Rosberg en declaraciones facilitadas por su equipo.
En cualquier caso, el alemán, doble ganador en Austria desde que la prueba volvió al calendario en 2014, reconoció que "la 'flecha plateada' sigue siendo sin duda el mejor coche de la parrila" por encima de sus rivales.
"Estoy deseando ver lo que puede hacer en Spielberg. Tener dos victorias de dos carreras en cualquier pista es bastante especial, así que sería impresionante hacer el tres de tres. Hay poco recorrido hasta la primera curva y este año estoy siendo fuerte en las salidas, así que si califico bien tendré una buena oportunidad de conseguir un gran resultado. Estoy deseando que llegue el fin de semana", reiteró.
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