Rusia y la tragedia que convirtió en oro

Todo el sufrimiento que lleva a la muerte de ser amado, reflejado en una piscina. Rusia se llevó este viernes el oro en nado sincronizado por equipos, manteniendo su dominio de 16 años con un sentido homenaje a la nieta fallecida de su entrenadora.

El tema se llamó 'La Plegaria', que ejecutaron casi a la perfección, muy cerca de la nota 10. Sacaron 99,1333, que sumado a las 97,0106 de la rutina técnica del jueves les dio el oro con 196,1439.

Una música muy fuerte, sinfónica, con toques sacros, ejecutada con trajes celestes. Los saltos, la coordinación impecable, los gestos. A la nieta de Tatiana Pokrovskaya, fallecida con 15 años el año pasado, le hubiera encantado.

"Cuando la estábamos montando juntas, Tatiana caminaba con lágrimas en sus ojos. La única cosa que la salvó de esta tragedia fue el trabajo. Todo lo que vivió se refleja en esta composición. Creo que cuando la gente lo vio, lo sintieron", expresó Mariia Shurochkina, de 21 años.

Más allá de lo técnico, las nadadoras buscaban expresar todo el sentimiento que contenía la rutina. El oro no era sólo para ellas, era también para la nieta de Pokrovskaya.

"Lloramos después de la presentación, podríamos decir que era un llanto casi desesperado porque consideramos que ejecutamos nuestro programa a la perfección. Vimos las imágenes de bajo el agua y los saltos y la sincronía fueron muy bien. Sabíamos que nos había ido bien", expresó Svetlana Romashina, que ya había ganado el oro en los duetos con Natalia Ishchenko.

China y Japón completaron el podio con 192,9841 y 189,2056 puntos respectivamente.

Las chinas consiguieron entrar por tercera vez consecutiva en el podio después de Pekín-2008 y Londres-2012. Las japonesas, que cerraron la presentación, consiguieron por su parte su primera medallas desde la plata conquistada en Atenas-2004.

"No estoy segura por qué Rusia tiene una ventaja en comparación con nosotras, pero creo que sin duda con nuestro ritmo nos hemos convertido en un desafío y una amenaza para Rusia", indicó Sun Wenyan.

"En nuestra rutina colocamos algunos elementos de la cultura del oeste, que creo fueron muy bien con la audiencia y los jueces. El tema cultural de nuestra rutina fue muy diferente por lo que la gente se apasionó con la rutina y la música", añadió.

Brasil, el único representante latinoamericano, terminó en la sexta posición (171,9985) con un show sobre el típico carnaval.

La música con mucha percusión y silbatos, con intervenciones de la famosa cantante Ivete Sangalo y trechos de la popular canción Acuarela de Brasil, la presentación rayó a veces en lo cliché, pero ciertamente conquistó a la audiencia, mayormente brasileña, que hizo mucho, mucho ruido.

"No tengo palabras, sentir la energía de la hinchada, algo nunca antes tuvimos, fue muy emocionante. En vez de tener el 100% teníamos 200, porque era el 100 de ellos también. Nadamos muy bien y nuestra presentación fue la mejor que ya tuvimos (...). Esperamos siempre aumentar la nota, pero esta vez subimos algunos grados", indicó Maria Bruno.

Quizás lo más bonito de la rutina brasileña fue el inicio. Las chicas entraron a la plataforma con la tradicional marcha y de repente formaron un círculo para dejar a una de ellas bailar un poquito de samba. Espontáneo y 'maravilhoso'.

Ya en la piscina, la propuesta fue atractiva, incluido un salto para hacer la forma del Cristo Redentor. Pero aún lejos de la perfección las zarinas rusas, que mantienen el imperio que comenzó hace 16 años.

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