"Diría que Singapur es probablemente la carrera más difícil del calendario, no solo por las exigencias del circuito, sino también por la exigencia física a la que se ve sometido el piloto. La dureza de tener que conducir a más de 50 o 60 grados dentro del coche es enorme", comentó el madrileño en unas declaraciones facilitadas por su escudería.
El español, noveno en la clasificación del Mundial de pilotos, hizo hincapié en la complejidad del trazado singapurense. "El circuito en sí es muy largo, muy ajustado y extremadamente exigente. No hay tiempo para descansar durante toda la vuelta y tienes que estar centrado al cien por cien en todo momento, ya que los muros están muy cerca", apuntó Sainz, decimocuarto allí el año pasado.
El piloto de Toro Rosso, que señaló al desfase horario como otro de los inconvenientes del circuito asiático, confía en mejorar su resultado del último año, deslucido por un choque en los primeros compases a pesar de una gran sesión de calificación. "El año pasado hice una de las mejores sesiones de calificación de la temporada aquí. Por desgracia, no sirvió de mucho, ya que tuve un mal inicio debido a que me golpearon y me rompieron las luces. Fue un momento duro, ya que esperaba luchar por los puntos. Veremos que podemos hacer este año", concluyó.
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