Pablo Torrijos, Eusebio Cáceres y María Vilas se trasladan a la Residencia Blume

Pablo Torrijos, Eusebio Cáceres y María Vilas se trasladan a la Residencia Blume
Pablo Torrijos, Eusebio Cáceres y María Vilas se trasladan a la Residencia Blume
EUROPA PRESS
EUROPA PRESS

Muchos de ellos, como la campeona olímpica de bádminton, Carolina Marín, y Lidia Valentín, Orlando Ortega, bronce y plata en Río, son ya habituales del centro deportivo, pero alrededor de 70 se alojarán por primera vez allí.

Además del alojamiento y la comida, la Residencia Blume les proporciona otros servicios como las salas de estudio e informática, la biblioteca o la sala de hidroterapia, que les ayuda a recuperarse tras los entrenamientos.

"Aquí tenemos todo al lado de casa, las pistas donde entrenamos, el centro médico, el instituto Ortega y Gasset y, además, están los mejores profesionales. Tenemos todo lo que necesitamos para crecer como deportistas", apuntó Pablo Torrijos, el primer atleta español que ha traspasado la barrera de los 17 metros en triple salto.

Torrijos empezó su carrera deportiva con 12 años en un colegio de Castellón, su ciudad natal. En 2013 se convirtió en el Campeón de España Absoluto de triple, título que revalidó hasta el 2015 y en el que, además, consiguió hacer su mejor salto en pista cubierta, 17,3 metros. A su palmarés hay que sumar también la participación este año en los que fueron sus primeros Juegos Olímpicos.

Torrijos reconoció que los resultados de la última temporada, entre ellos el de Río 2016, no fueron los que esperaba y que por eso decidió trasladarse a la Residencia Blume. "Los errores me sirven de aprendizaje, por eso voy a esperar y a luchar por conseguir grandes cosas. De hecho, miro a Ruth Beitia y pienso: a mí tampoco me ha ido demasiado bien en mis primeros Juegos, pero mi momento va a llegar", indicó.

Junto a él se entrena otra de las promesas del deporte español, el atleta alicantino Eusebio Cáceres. El saltador de longitud, con la tercera mejor marca mundial junior de todos los tiempos con un salto de 8,27 metros en el Europeo de Barcelona en 2010. "La sensación fue espectacular, con todo un estadio animándome. En el último salto me vine arriba y conseguí hacer ese récord", recordó.

Dos años después, con 20 años, llegó a participar en los Juegos Olímpicos de Londres, donde se quedó a solo un centímetro de la final, y en el 2013 agrandó su leyenda con un nuevo récord de 8,37 metros que lo convirtió en Campeón de Europa Sub-23.

Las lesiones le impidieron clasificarse para Río de Janeiro, pero ahora dice estar al cien por cien. "No me pongo límites, aquí tengo todas las condiciones para poder conseguir lo máximo y creo que tengo capacidades para poder luchar por cualquier campeonato", comentó.

DE GALICIA A MADRID

Con 21 años, la nadadora gallega María Vilas también ha decidido dejar su ciudad natal, Ribeira, para empezar en el CAR. "Sabía que para afrontar este ciclo olímpico necesitaba un cambio y que lo mejor era venir aquí por los compañeros, los entrenadores y las instalaciones", señaló.

El centro le permite compaginar las más de cuatro horas diarias de entrenamiento con sus estudios, algo que en los últimos años le había sido imposible por la preparación previa que supuso Río 2016. El sacrificio obtuvo recompensa y el año pasado se alzó con el bronce en los 1.500 libres del Campeonato de Europa celebrado en Londres, en donde compartió podio con Mireia Belmonte.

Ahora se prepara en el CAR para las próximas competiciones, el Europeo y el Mundial de natación, y en el horizonte también pone la vista en Tokyo 2020.

Mostrar comentarios