Wilmots y De Bruyne, las caras de la derrota belga

El seleccionador belga Marc Wilmots, acusado antes del torneo de fallos tácticos y objeto de grandes críticas en su país, simboliza la decepción de la derrota del equipo el lunes ante Italia (2-0) en el debut en la Eurocopa-2016, donde un astro como Kevin De Bruyne pasó totalmente desapercibido.

La batalla de los banquillos fue claramente ganada por el italiano Antonio Conte ante un Wilmots que no encontraba la forma de romper el cerrojo italiano.

"Estrellas sin equipo han perdido contra un equipo sin estrellas", lamentaba un hincha belga, resumiendo el sentimiento general.

El arquero belga Thibaut Courtois puso en cuestión implícitamente el 'método Wilmots' afirmando que "tácticamente, los italianos fueron más fuertes, se ve que han trabajado".

Algo parecido afirmó el atacante Romelu Lukaku, demasiado solo ante la nutrida defensa italiana, que señaló que la Azzurra había conseguido "una victoria táctica".

"Es necesaria una buena conversación. Sería una pena que no hubiera debate después de esta actuación", señaló Courtois, el mejor de los belgas el lunes en Lyon, pese a recibir dos goles.

Wilmots sorprendió el lunes no haciendo ninguna modificación táctica en el descanso del partido, cuando Bélgica perdía ya 1-0 y no encontraba fórmulas ante la zaga italiana.

Cuando el seleccionador hizo sus cambios después de la hora de juego (Dries Mertens, Divock Origi, Yannick Carrasco), hubo una cierta impresión de 'sálvese quien pueda', sin reflexión ni un orden claro.

"Los Diablos (Rojos) no producen suficiente fútbol", analizó el diario belga La Dernière Heure/Les Sports.

En los cuatro últimos años, Bélgica ha confiado insistentemente en el talento individual de sus estrellas ofensivas para salir de las situaciones más delicadas.

Ahí pudo estar parte del problema, ya que cuando las estrellas no están en su mejor día es el rendimiento del equipo el que termina hundiéndose, como ocurrió ante los italianos.

Con la excepción de Eden Hazard, que intentó con insistencia aunque sin apoyos, los otros líderes técnicos del equipo fallaron. Lukaku sigue con problemas cuando tiene pocos espacios y Radja Nainggolan no pudo infiltrarse más que en contadas ocasiones.

Pero si un nombre fue señalado especialmente es el de De Bruyne, que posiblemente disputó su peor partido con el equipo nacional, encadenando malos pasos. Superado en el uno contra uno, sin la velocidad ni la chispa de otras ocasiones, el volante del Manchester City (21 tantos y 16 asistencias esta temporada) pasó por el césped de Lyon como un fantasma al que nadie vio.

"No estuvo bien, pero con todo lo que ha aportado al equipo quería que estuviera, siempre puede dar un pase decisivo o marcar una falta", reconoció Wilmots después del partido. De Bruyne estuvo los noventa minutos en el campo, una decisión muy criticada este martes por la prensa belga.

Desde el inicio de la preparación, De Bruyne genera debate. En los últimos entrenamientos del equipo en la concentración de Haillan, cerca de Burdeos, apareció de mal humor, como poniendo poca concentración en los ejercicios. Oficialmente, según Wilmots, el jugador podría estar cansado tras una temporada muy cargada.

Pero otra hipótesis circula: De Bruyne podría estar molesto por sus constantes cambios de posición y por la decisión de confiar la capitanía a Hazard.

El siguiente partido ante Irlanda, el sábado en Burdeos, se presenta ya para los belgas dramático y decisivo.

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