Esos combates, que comenzaron el 22 de noviembre, opusieron durante días a milicias vinculadas a las autoproclamadas regiones autónomas de Puntlandia y Galmudug en la ciudad de Galkayo, situada a 575 kilómetros al norte de la capital, Mogadiscio.
Galkayo ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos entre clanes y grupos rivales, sin vínculo con los insurgentes yihadistas shebab, una organización cercana a Al Qaida que se opone al gobierno somalí.
Las milicias aceptaron la semana pasada un alto el fuego, que no ha sido respetado.
Pero desde entonces hay una situación de "calma relativa" en la zona, anunció la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en un comunicado, en el que lamentó que la violencia armada haya agravado la precaria situación humanitaria.
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