All Blacks, el triunfo de la continuidad

  • La victoria de los All Blacks en el Mundial de rugby se inscribe en la continuidad del título conquistado en 2011, tanto para los jugadores como para el equipo técnico.

El equipo se renovó en un 50%. Entre la final ganada frente a Francia (8-7) el 23 de octubre de 2011 y el triunfo frente a Australia (34-17) el sábado en Twickenham, siete jugadores (Nonu, C. Smith, O. Franks, Whitelock, Kaino, Read y McCaw) conservaron su plaza como titulares.

Y a ellos se une Dan Carter, gran artesano del triunfo del sábado, que se había perdido los últimos partidos del Mundial de 2011 debido a una lesión hace cuatro años, mientras que el pilar Tony Woodcock, autor del try en la final de 2011, cayó lesionado durante este Mundial.

Entre los dos Mundiales, los All Blacks se han ido renovando de forma progresiva. El segunda línea Brodie Retallick integró el equipo en 2012. Desde entonces ha acumulado 47 partidos internacionales y una distinción de mejor jugador del año 2014.

Otra de las incorporaciones es el wing Julian Savea, autor de 38 tries en 40 partidos internacionales, una media ampliamente superior a la del legendario Jonah Lomu (37 tries en 63 partidos internacionales).

Esta estabilidad concierne también al equipo técnico. De este modo, el actual seleccionador Steve Hansen era adjunto de Graham Henry en 2011. Fue ascendido tras el título de hace cuatro años y su contrato va hasta finales de 2017.

Entre sus colaboradores directos, reintegró a Wayne Smith, entrenador de la defensa, que también había sido seleccionador, y Gilbert Enoka, un exinternacional neozelandés de voleibol, presente en los All Blacks desde 2000, quien intenta combatir la presión mental que pesa sobre los jugadores.

El modo de funcionamiento de los All Blacks sigue inspirado en la época de Graham Henry. Reposa sobre jugadores veteranos y una total implicación al servicio de la camiseta negra.

Esta estabilidad se ha nutrido de victorias. Desde el Mundial-2011, los All Blacks han logrado 49 en 54 partidos, una cifra récord de 90,7%, por tres derrotas (Inglaterra, Sudáfrica, Australia) y dos empates (Australia).

Estos reveses dieron más hambre a los All Blacks. De este modo, la última derrota, en Australia (27-19) el 8 de agosto en Sídney, precipitó la victoria final de los Wallabies en el Rugby Championship, pero a continuación vino una aplastante revancha (41-13), una semana más tarde en Auckland, en el marco de la Bledisloe Cup, un trofeo que disputan los dos países.

Paradójicamente, este segundo triunfo seguido en Mundiales abre una nueva era para los All Blacks, que deben "inventar" nuevos desafíos, en el fin de una generación excepcional.

Dan Carter (112 partidos internacionales desde 2003), Ma'a Nonu (103 desde 2003) y Conrad Smith (94 desde 2004) se marchan a Francia a ganar un poco de dinero, respectivamente a Racing 92, Toulon y Pau.

El capitán de los 148 partidos internacionales, Richie McCaw, repite que no ha decidido todavía si se va de los All Blacks, con los que juega desde 2001.

Pero a sus 34 años, el capitán de todos los records no constituye una solución de futuro.

A priori, Sam Cane debería hacerse con el número siete, mientras que la capitanía parece prometida al tercera línea Kieran Read.

El puesto de apertura dejado por Carter tiene también pretendientes entre Beauden Barrett, suplente de Carter en el Mundial, y Lima Sopoaga, 24 años, el número diez de los Highlanders.

Como centro, todo dependerá de Sonny Bill Williams, acostumbrado a idas y vueltas con el rugby a XIII o con Europa.

La capacidad de la Federación (NZRU) para conservar en el Hemisferio Sur a los mejores jugadores, atraídos por los apetitosos contratos ofrecidos por los clubes franceses e ingleses, constituirá el principal desafío del rugby neozelandés. La continuidad en ese caso también pasa por el dinero.

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