Ancelotti no logra que su banda de superhéroes se transforme en un equipo de fútbol

    • El técnico italiano no ha sido capaz de definir el estilo del juego del Madrid ni de sacar el máximo provecho a sus jugadores.
    • Varias encuentros esta temporada los han levantado jugadores concretos que no saben lo que es tirar la toalla y en acciones individuales.

El verano pasado el Real Madrid cerró una de las etapas de su historia más controvertidas: la de José Mourinho. Con el técnico luso, los blancos recuperaron una identidad, la de la pelea, el sacrificio, la entrega máxima por el bien común. Las connotaciones que el sistema de Mourinho implicaba, sin embargo, no calaron en la afición, que nunca se ha sentido representada por jugadores agresivos, violentos o protestones. Además, un estilo de fútbol tan pragmático no enamoraba al Bernabéu, acostumbrado a ver a grandes jugadores dominar la pelota y atrincherar al rival en su área.

Con el objetivo de cambiar el estilo pero no los resultados llegó Carlo Ancelotti al banquillo blanco. Empero, apenas dos meses de competición han bastado para descubrir que el italiano no está siendo capaz de dar con la tecla adecuada. El equipo ha perdido la fortaleza física, mental y defensiva, sellos propios de los equipos de Mourinho; además de no haberse sabido transformar en un equipo de toque y juego en estático. A día de hoy, el Madrid ya tiene cinco puntos de desventaja respecto a Barcelona y Atlético de Madrid en Liga. Sólo las dos victorias en Champions ejercen de flotador a un equipo marcado por las individualidades.

Hasta el momento, el primer proyecto de Ancelotti se mantiene a flote más por las batallas personales de cada uno de los miembros del vestuario que por los méritos de equipo. El vestuario se parece más a la sala de diseño de la Marvel que a un santuario futbolístico.

Para muestra un botón: en el Ciudad de Valencia, los blancos despertaron de su letargo cuando el Levante les marcó. Fue entonces cuando un cabezazo de Ramos, una jugada de Morata y un tiro de Cristiano Ronaldo resolvieron el encuentro. Tres acciones aisladas que valieron tres puntos.Dos jornadas antes, otra acción puntual en el descuento ante el Elche permitió al Madrid salir del Martínez Valero con una victoria más polémica que merecida.

Y todo esto sin contar los destellos de un Diego López que, criticado o no, ha salvado los muebles en más de una ocasión ante la pasividad de la defensa blanca.

Es curioso que de las ocho victorias que suma el Madrid en la temporada -seis en Liga y dos en Champions-, cuatro de ellas se han producido por la mínima. Betis, Granada, Elche y Levante han puesto contra las cuerdas a uno de los equipos favoritos a todos los títulos. Incluso, por momentos, equipos como el Getafe o el Galatasaray llegaron a jaquear a los blancos en algunas fases del partido; por mucho que en la memoria sólo quede almacenado un engañoso pero contundente resultado.

Sin duda que el Madrid tiene potencial. Por supuesto, Ancelotti es un entrenador de sobra cualificado para sacarle partido al vestuario. Sin embargo, también es evidente que, de momento, no se ha producido sinergia alguna entre el técnico y los futbolistas, que parecen no saber combinar sus 'superpoderes'. El primero parece seguir dudando de cómo jugar y los segundos parecen incapaces de mostrar sobre el césped lo que 'Carletto' les pide. Ni siquiera parece que se atrevan a tomar las riendas y a intentar juntar las piezas de un puzzle que, acabado, puede ser maravilloso, pero que durante el proceso de construcción se está mostrando frágil e inseguro.

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