Banderas, gritos, vuvuzelas y mucha alegría para celebrar la victoria de Irán

  • Banderas, gritos, aplausos, bocinas, vuvuzelas y una alegría desbordante sacaron hoy a la calle los iraníes para celebrar el triunfo de su selección de fútbol sobre la de Corea del Sur por 0-1, que les lleva a Brasil 2014 como primeros de su grupo y con muchas esperanzas.

Chema Ortiz

Teherán, 18 jun.- Banderas, gritos, aplausos, bocinas, vuvuzelas y una alegría desbordante sacaron hoy a la calle los iraníes para celebrar el triunfo de su selección de fútbol sobre la de Corea del Sur por 0-1, que les lleva a Brasil 2014 como primeros de su grupo y con muchas esperanzas.

La alegría era hoy mayor si cabe, pues era la segunda oportunidad en 72 horas que tenía Irán de mostrar su júbilo en las calles, después de que el pasado sábado el reformista moderado Hasan Rohani ganara con una apabullante ventaja las elecciones presidenciales, lo que provocó un alborozo explosivo.

El final del partido, poco después de las seis de la tarde (13.30 GMT), hizo que se juntaran en Teherán el atasco habitual tras el cierre de muchas oficinas y el provocado por los que, con banderas y la cara pintada con los colores nacionales, se lanzaron a celebrar el éxito futbolístico.

En muchas calles de la ciudad, el ya habitual caos se multiplicó y tratar de llegar a cualquier lugar resultaba una misión complicada, en especial si se cruzaba por medio alguna de las muchas plazas donde miles de personas se iban concentrando para festejar unidos.

Desde ancianos hasta bebes, todos con la cara radiante, coreaban el grito de "Irán Irán", al ritmo marcado por las bocinas, las palmadas, las vuvuzelas y los daf (panderos tradicionales) en la plaza de Mirdamat, uno de los muchos sitios a los que miles de personas se habían acercado para mostrar su alegría.

Gran cantidad de jóvenes, chicos y chicas unidos en un país donde el régimen islámico impone la segregación, bailaban en la plaza y jaleaban sin cesar los cohetes y fuegos pirotécnicos lanzados por espontáneos, que colaboraban a formar un ambiente ensordecedor.

Algunas chicas llegaron incluso a quitarse los agobiantes pañuelos que el sistema obliga a llevar a las mujeres y, aunque hubo un tímido intento de unos policías de acercarse a ellas, los abucheos de la gente les hicieron retroceder y, a partir ese momento, se mantuvieron alejados del festejo.

Mientras tanto, se iba incrementado el volumen del agudo sonido de las vuvuzelas, que servía, junto con el retumbar de los daf, para marcar el ritmo de las exclamaciones de una multitud entregada a gozar y que, aunque centrada en la victoria deportiva, también recordaba la situación política y su esperanza de cambio.

"Ahmady bye bye", gritaban, despidiendo a Mahmud Ahmadineyad, en uno de los lados de la plaza, donde un padre intentaba enseñarle a su niña, de no más de tres años, esa consigna, para que la repitiera mientras ondeaba un globo morado, el color de Rohaní, que tomará posesión de la Presidencia el 3 de agosto.

Otros entonaban el antiguo himno de Irán, del tiempo de la monarquía, y concluían con gritos de "Mir Husein, Mir Husein", en recuerdo del líder del Movimiento Verde reformista, que, junto con Mehdi Karrubi, denunció fraude y encabezó las protestas tras las pasadas presidenciales de 2009 y están encarcelados.

Pero la mayoría sentía, sobre todo, la alegría del fútbol, y el orgullo de la victoria de su equipo, aunque sus esperanzas en el mundial no fuesen muchas, como era el caso de Farid, que decía a Efe: "No creo que lleguemos mucho más lejos, pero estoy encantado con la clasificación".

Tampoco parece que a muchos les importe con quien les empareje el sorteo del Mundial ni dan importancia a ganar a uno u otro equipo: "A mi me gustaría ganar a Italia", dice Narimán, un joven ingeniero que estaba en la plaza con su esposa, pero confiesa que es sólo "porque los colores de su bandera son los mismos que los nuestros".

En todo caso, todos están contentos, incluida Armita, de diez años, que ha acudido a la plaza con sus padres y tíos con una bandera de Irán pintada en el moflete derecho y un balón en el izquierdo y que se ríe mientras dice: "No me acuerdo de haber visto tanta gente junta, estoy muy contenta".

Varias chicas, de poco más de veinte años, saltaban y reían mientras se hacían fotos unas a las otras con los teléfonos móviles y confesaban que el sábado estuvieron en la fiesta por la victoria de Rohaní. "Hoy podíamos dejar de venir aquí", afirmaron.

"Parece que Rohaní tenía la llave para abrir la puerta de los éxitos, dice Sara, al recordar que durante su campaña el presidente electo uso esa consigna para prometer un cambio al país y, en ese momento, a su alrededor estallan los gritos de "Rohaní abre la puerta".

"La noche va a ser larga, esto no ha hecho más que empezar, dijo a Efe Chianguís, mientras señalaba un autobús que cruzaba entre la multitud con media docena de jóvenes subidos y bailando sobre el vehículo y a otros más con una gran bandera iraní en la cúspide del monumento que ocupa el centro de la plaza.

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