Brasil, el narco va ganando el partido

La imagen que Brasil pretende proyectar al exterior como país organizador del Mundial 2014 se está viendo empañada, a nivel interno, por sus graves problemas de seguridad.

Este pasado domingo, un grupo de sicarios abría fuego en una comisaría provocando la muerte de una agente y serias heridas a un compañero. Un intenso despliegue policial lograba reducir a los asesinos en un intenso tiroteo que acababa con seis sospechosos fallecidos, y dos policías heridos.

Lo sucedido no es infrecuente en el país. También la pasada semana, un hospital de Rio de Janeiro fue objetivo de una oleada de robos a pacientes y personal.

En ambos casos, los ataques están vinculados con grupos que controlan la importante red de narcotráfico brasileña. A pesar de los intentos del Gobierno brasileño de atacar el problema con leyes más restrictivas, aumento de penas y control de las fronteras, la estructura del tráfico de drogas está fuertemente consolidada en el país, y se encuentra detrás de sus numerosos problemas de violencia.

Así lo corroboran también las estadísticas oficiales. El año pasado, los sucesos con herida de bala aumentaron un 27 por ciento, los asesinatos un 50 por ciento y las desapariciones alcanzan una tasa del 33 por ciento.

Al gobierno de Brasil le preocupa además la intención trasladada por los cuerpos de seguridad, que han amenazado con una huelga de cara al Mundial

A este problema se añade otro que ya ha denunciado el propio presidente de la FIFA: el retraso de las obras. Blatter ya ha tirado de comparativa para meter prisa al Gobierno brasileño, afirmando que Brasil "está más retrasado que Sudáfrica en el mismo periodo". Y lo que trae sobre todo de cabeza al Gobierno de Rousseff son los retrasos en los estadios de Curitiba, ciudad que finalmente podría ser baja para el Mundial.Las dudas planean sobre cuáles serán los estadios que alberguen finalmente la cita futbolística más importante del mundo.