El partido pareció ser disputado a puertas cerradas porque los gritos de los jugadores opacaban a los pocos fanáticos en las gradas casi vacías del estadio Walmir Campelo Bezerra en la ciudad de Gama, a 40 km de Brasilia, en un partido muy equilibrado en la falta de emoción y calidad.
Estaba previsto que se disputara en el estadio Nacional Mané Garrincha, pero como no recibió autorización de los bomberos para ser usado, tuvo que se cambiado a última hora en el gramado del Bezarrao, que parecía más un plantío de lechugas.
El Mané Garrincha, que costó 1.403 millones de reales (hoy 400 millones de dólares), es considerado uno de los estadio en vías de convertirse en 'elefante blanco' del Mundial-2014 por el poco uso que recibe.
El partido de vuelta se disputará en una semana en el Serra Dourada de Goiania (centro).
Goiás, subcampeón de la Sudamericana en 2010, dejó a la mayoría de sus titulares en el banco, pensando en el partido del campeonato brasileño el próximo sábado, frente a Vasco, buscando salir como su rival de la zona de descenso de la primera división.
Y Brasilia saltó al campo después de un largo tiempo de inactividad pues no juega ninguna de las cuatro divisiones de la liga brasileña. Es el primer equipo de la capital brasileña en disputar un torneo internacional, al que clasificó tras hacerse campeón de la Copa Verde, que se disputa entre 16 clubes de ocho estados del noreste y centro-oeste de Brasil.
Dos esquemas diferentes se enfrentaron en el Bezarrao: el técnico Omar Feitosa optó para el equipo de la capital --sin jugar hace bastante tiempo-- por una línea atrás de cuatro con seis volantes encargados del mediocampo y el ataque, mientras que Julinho Camargo por 4-5-1 con sus reservas.
En general fue un partido equilibrado, pero débil. Una jugada de peligro por equipo en el primer tiempo.
Tres minutos después del pitazo inicial del colombiano Luis Sánchez, Liniker del Goiás arriesgó desde fuera y obligó al portero Artur hacer una buena defensa a dos tiempos. La primera amenaza del Brasilia vino de pelota parada a los 18, con un cobro de falta con veneno de Dedé que Renan desvió con la punta de los dedos.
En el comienzo del segundo tiempo algo de acción.
Goiás comenzó a los 53 con un centro al área de Brasilia que Lucas Coelho cabeceó a quemarropa a Artur, que no obstante reaccionó bien y desvió.
Y dos minutos después, Anjinho del local, solo en el área, remató desviado un balón con la zurda.
En los primeros minutos de la segunda mitad, Goiás asumió el control del partido, pero pecó en la creación. Una linda arrancada por ejemplo de Bruno Henrique desde el mediocampo, en la que dribñó a toda la defensa, fue desperdiciada por Ruan en el área.
Pero rápidamente se equilibró, Giba y Bruno Morais amenazaron, pero el 0-0 estaba empeñado en permanecer en la pantalla de este lamentable partido de fútbol.
Antes del pitazo final, a los 90, entró Michel Platini... no el ídolo francés, sino el exatacante del CSKA Sofia de Bulgaria, que poco pudo aportar.
jt/cl
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