El partido pareció ser disputado a puertas cerradas porque los gritos de los jugadores opacaban a los pocos fanáticos en las gradas casi vacías del estadio Walmir Campelo Bezerra en la ciudad de Gama, a 40 km de Brasilia, en un partido muy equilibrado en la falta de emoción y calidad.
Estaba previsto que se disputara en el estadio Nacional Mané Garrincha, pero como no recibió autorización de los bomberos para ser usado, tuvo que se cambiado a última hora en el gramado del Bezarrao, que parecía más un plantío de lechugas.
El Mané Garrincha, que costó 1.403 millones de reales (hoy 400 millones de dólares), es considerado uno de los estadio en vías de convertirse en 'elefante blanco' del Mundial-2014 por el poco uso que recibe.
El partido de vuelta se disputará en una semana en el Serra Dourada de Goiania (centro).
jt/cl
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