Sale uno y entran dos. Eso es lo que ha sucedido en la enfermería del Barcelona en el partido de ida de la Champions League ante el Bayer Leverkusen. Sergio Busquets, que había viajado a Alemania sin el alta médica, acabó recibiendo el OK de los galenos culés y saltó como titular al césped del BayArena. Fue la noticia positiva para el equipo de Guardiola.
Pero Pep recibió dos mazazos para ya la de por sí escasa plantilla. Xavi Hernández, que ya no había jugado en el Reyno de Navarra aunque sí se había sentado en el banquillo, se fue directo a la grada. El parte médico facilitado por la cuenta de twitter del Barcelona fue claro al respecto: "edema en el sóleo de la pierna derecha y su evolución marcará la disponibilidad para los próximos partidos".
Y peor se pusieron las cosas para el conjunto culé. Adriano Correia, titular en el BayArena, que jugó por la izquierda como interior, abandonó el terreno de juego en el minuto 69 aquejado de un golpe. El brasileño podría sufrir una lesión muscular en la pierna, algo que le apartaría durante unas semanas del equipo, como ya le sucedió a finales de noviembre. Guardiola tendrá que volver a recurrir a los canteranos.
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