Cuitu Negru, bienvenidos al "Annapurna" asturiano

  • El Cuitu Negru es una subida dantesca y salvaje. La cima en la que moría la decimosexta etapa es otro viraje de tuerca en la Vuelta, una "muesca" más en su culata, un nuevo infierno para el ciclismo y, de hecho, el ganador esta tarde, Dario Cataldo, casi se cae de la bici al celebrar su triunfo.

José Anselmo Moreno

Cuitu Negru (Asturias), 3 sep.- El Cuitu Negru es una subida dantesca y salvaje. La cima en la que moría la decimosexta etapa es otro viraje de tuerca en la Vuelta, una "muesca" más en su culata, un nuevo infierno para el ciclismo y, de hecho, el ganador esta tarde, Dario Cataldo, casi se cae de la bici al celebrar su triunfo.

Extraño que Cuitu Negru en bable signifique "Cerro Negro". Un cerro es un elevación natural del terreno, de poca altura y aislada. Aislada, sí y elevación natural, también. Lo de poca altura resulta chocante porque esta subida es, en boca de algunos ciclistas, lo más "bestia" de la Vuelta. Si el Annapurna es la montaña más temida del Himalaya, a partir de ahora Cuitu Negru lo será entre los ciclistas.

Para el excorredor José Enrique Cima, actual redactor deportivo de un periódico asturiano, el puerto más duro de España es el Angliru, "con diferencia". Eso lo pensaba hasta hoy. Precisamente, la mayoría de los ciclistas iban a llevar hoy el mismo desarrollo que en Angliru (38x27). Otros lo han pensado, y mucho. Tras debatir anoche con los mecánicos, el Katusha montó a Purito un 38x28.

Este inédito Cuitu presenta similitudes con la Bola del Mundo madrileña. Los dos, en su primera parte, comprenden un puerto largo y con notable tradición ciclista (Navacerrada y Pajares) y ascienden hasta la zona más alta de una estación de esquí. Cuitu contaba con una desventaja, que no estaba asfaltado. Eso fue hasta hace poco.

La parte final del coloso asturiano es superior en dureza a los tres últimos kilómetros de La Bola, ya que las rampas aquí se van a más del 25 por ciento. Los casi tres kilómetros finales no se han visto nunca en España. Ni siquiera en el Tour, dicen algunos periodistas franceses. Subir andando ya es abrumador, agobiante.

Nada como los cicloturistas, que ya descendían esta mañana de la cima, para obtener una primera impresión de la subida. "He estado a punto de poner pie a tierra, los porcentajes del veinticinco te descuartizan", decía Luis, enfundado en su jersey azul de Movistar.

"El problema aquí es el mismo que en el Angliru, no acabas de recuperarte en un tramo duro y enseguida empieza otro más duro que el anterior, esto es inhumano", decía el ciclista aficionado natural de La Robla (León). El excorredor Perico Delgado tuvo que bajarse aquí de la bici en uno de sus reportajes previos sobre las etapas de esta Vuelta, aunque todavía era una pista de tierra cuando subió.

Y es que hace sólo dos semanas que concluyó el asfaltado de la calzada en esta subida tan brutal, a tiro de piedra del cielo. La pista de tres kilómetros que va desde Brañillín hasta la cima donde hoy concluyó la etapa ni siquiera era apta para la subida de vehículos. Arriba no hay nada, solamente el abismo.

Fue a finales del año pasado cuando el Club Puerta de Asturias propuso que en el proyecto de mejora de Pajares, puerto que divide Asturias y León, se acometiera el alquitranado de la pista hasta el Cuitu Negru. De esta forma, se ampliaría la subida desde Fierros en esos casi tres kilómetros y sobre rampas del 26 por ciento.

La nueva cumbre se estrenó en una marcha cicloturista que, por el mismo itinerario de la etapa de la Vuelta, se celebró el pasado 25 de agosto. Los románticos de la bicicleta fueron los pioneros en esta auténtica "pared", atractiva para deslizarse esquiando pero nunca para subirla. De ninguna manera.

El cinco veces ganador del Tour Miguel Indurain fue uno de los ciclistas que recorrieron ese día la etapa reina de la Vuelta 2012 (llegó entre los 25 primeros). La prueba fue ganada por el cántabro Eduardo Cossío, que necesitó más de siete horas para completar 190 kilómetros, los mismos que hoy hicieron los profesionales con subidas a San Lorenzo, La Cobertoria y Pajares, entre otros puertos.

De los más de cuatrocientos corredores que participaron en aquella prueba la mitad fueron extranjeros, un centenar de ellos franceses. La fama de Cuitu Negru ha traspasado fronteras.

Hoy también había franceses merodeando por la estación de esquí de Valgrande, pero sobre todo asturianos y leoneses. Los aficionados han accedido en telesilla a la cima. Los organizadores de la Vuelta, junto a los responsables del Ayuntamiento de Lena y de la dirección del complejo invernal de Valgrande-Pajares, acordaron poner en marcha los remontes de la estación de esquí para facilitar el acceso a la cumbre y evitar problemas de tráfico.

El día despejado ha favorecido hoy a la carrera y a la logística de la Vuelta. Así, el Cuitu Negru se ha descubierto ante el mundo iluminado, limpio, diáfano y transparente. La Vuelta, que colecciona innovaciones y símbolos en los últimos años, ya tiene otro emblema.

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