Cumplidos 100 días de la Décima, el Madrid se la pegó en Anoeta

En Anoeta se acabó la felicidad del campeón de Europa. La Real Sociedad convirtió al Real Madrid en un equipo vulgar, frágil e irreconocible desde el punto de vista deportivo y anímico. Ni Ancelotti ni los jugadores han sabido explicar a Florentino Pérez los motivos por los que se dejaron remontar un 0-2, en un partido en el que se pusieron por delante a los diez minutos con los goles de Sergio Ramos y Bale y que tenían controlado. El presidente vuelve a tener la misma cara que antes de la Champions en Lisboa. La de una dirigente que está en alerta ante la falta de atención o competitividad de los jugadores. Es el mismo escenario que se dio en Vigo, semanas antes de viajar a Lisboa, cuando el equipo se derrumbó ante el Celta y desperdició sus opciones de ganar la Liga. La autocomplacencia, como repite Florentino a los jugadores cada vez que les ve, no está permitida.

Lo de Anoeta no tiene explicación, según los jugadores, aunque es una derrota que confirma que algo falla en la estructura del equipo. En San Sebastián se cumplían cien días de la consecución de la Décima y desde el 24 de mayo la tendencia del equipo es preocupante. Le está costando hacer un partido redondo. La pretemporada y el inicio de la Liga no dejan un buen balance. Por medio ha estado el Mundial y se puede argumentar que esta competición esté pasando factura a los jugadores. El caso más evidente es el de Cristiano Ronaldo, que no se encuentra cómodo y decidió no jugar en Anoeta. El otro argumento es el tiempo de acoplamiento que necesitan los nuevos. En especial, James. El colombiano no acaba de encontrar su sitio en el campo. No le sucede lo mismo a Kroos. El alemán juega más fácil y tiene más claro su papel en el juego del equipo.

De los nueve partidos que ha jugado el Real Madrid en los cien días que han pasado desde la victoria en el estadio Da Luz ante el Atleti el balance es de cinco derrotas (Roma, Manchester United, Fiorentina, Atlético de Madrid y Real Sociedad), dos empates (Inter y Atlético) y dos victorias (Sevilla y Córdoba). Solo se puede hablar de un triunfo contundente. El logrado en Cardiff ante el Sevilla en la final de la Supercopa de Europa. En el resto de partidos se han producido errores defensivos, graves y ya conocidos, que le han penalizado. Este Real Madrid falla en las jugadas con balones aéreos. Los despistes en los córners son su punto débil. Le ha costado la Supercopa de España, con el gol de Raúl García en el Bernabéu y el tanto de Mandzukic en el Calderón en una jugada en la que Griezmann ganó por arriba a Sergio Ramos. Antes había fallado Varane. También ha perdido los tres puntos en Anoeta, con dos goles de saque de esquina. También falló por arriba ante la Fiorentina. Mario Gómez se impuso en ese partido. Y en contra el Manchester United en la gira estadounidense.

El equipo ha perdido solidez y pegada. Ancelotti habla de equilibrio, pero ahora hay algo más. No se quiere pensar que falta actitud porque los jugadores hicieron una buena primera media hora ante la Real Sociedad. El partido estaba para una goleada y ocasiones se crearon. Salieron fuertes desde el inicio, con una buena presión y llevando la iniciativa del juego. Con el 0-2 hubo un disparo al larguero en un lanzamiento de falta de Sergio Ramos. Lo que no se puede entender son los despistes en los córners y los fallos de marcaje. Tampoco el desequilibrio y desorden entre los de arriba y los de atrás. Esto le preocupa a Ancelotti.

En estos nueve partidos que ha jugado el campeón de Europa en los cien días que han pasado desde la consecución de la Décima el balance goleador es negativo. Ha marcado 10 goles y ha recibido 13. Cristiano Ronaldo ha hecho cuatro, Bale ha marcado tres y James, Benzema y Sergio Ramos uno. Ancelotti habló tras la dolorosa derrota en Anoeta de cambiar cosas y, desde el punto de vista táctico, tendrá que volver a conseguir que su equipo sea más compacto. También tiene que recuperar la mentalidad competitiva y ganadora de una plantilla que se desenchufa en ciertas fases de los partidos. No los acaba de cerrar. Quizás por eso Casillas dijo al final del partido que "esta no es la actitud ni el camino. Hemos estado horribles. Hay que dar cuatro voces en el vestuario".