La tarde se presentaba apacible en el Camp Nou. El Levante no suele aflorar en Barcelona, Messi estaba de aniversario y los de Luis Enrique tenían la premisa de igualar al mejor conjunto culé de la historia. Cuando todo fluye el fútbol sale solo. Sin pisar el acelerador, el Barcelona aplastó a un Levante que juega en otra Liga.
Un cuarto de hora le duró la esperanza a un conjunto granota con más fuerza que maña. Salió valiente y Neymar se encargó de castigar su osadía. El brasileño batió a Mariño tras finalizar una jugada que ya es casi previsible. Messi arrastró desde la derecha, la puso y Neymar se aprovechó del espacio habitable en el segundo palo para, casi sin querer, adelantar al Barcelona y despertar al Levante del sueño.
El gol enervó al Levante y adormeció a un Barcelona que tuvo el balón sin ser efectivo. Dominaba pero no lograba crear situaciones de peligro. Barral pudo empatar el partido pero Sergio Busquets, tras descansar en Copa, tenía aire para llegar al espacio. El medio se estiró y desbarató la gran ocasión del Levante. Parece tópico, pero perdonar a un grande conlleva su castigo. Así, Messi se encargó de sentenciar el partido tras ser asistido por Bartra. Kalu Uche estuvo lento, el central rápido y el argentino preciso. El gol perfecto para celebrar sus 300 partidos en Liga como jugador del Barcelona.
Ahí se acabó el ansia del Levante. Lo peor estaba por llegar. Tras el paso por los vestuarios los culés, con el récord en el bolsillo, se pasaron a la fiesta y Messi, de siempre, es el que mejor se siente en ella. Busquets filtró un pase, Pedro cedió y el argentino anotó su segundo tanto de la tarde a placer.
Sin dificultad también anotó su tercer tanto del partido al transformar un penalti sobre Neymar. El Levante, que no acumuló desméritos a pesar de la goleada, se quedó atónito cuando Luis Suárez, que sustituyó a un buen Neymar, anotó de media chilena cuando aún restaba un cuarto de hora. El uruguayo, tras anotar en San Mamés, sigue cogiendo oxígeno y jusficando el tiempo de adaptación. Un goleador de su índole no se riñe con el gol cuando cambia de camiseta. El uruguayo, al igual que el Barcelona, comienza a sacar las garras.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios