El Belenenses, una "vieja gloria" renovada que regresa a la elite

  • Después de tres duros años en la Segunda División, el Belenenses escaló de nuevo a la máxima categoría lusa con un sorprendente ascenso a nueve jornadas del final del campeonato fraguado gracias a un equipo renovado y puesto a punto en una sola temporada.

Susana Irles

Lisboa, 1 abr.- Después de tres duros años en la Segunda División, el Belenenses escaló de nuevo a la máxima categoría lusa con un sorprendente ascenso a nueve jornadas del final del campeonato fraguado gracias a un equipo renovado y puesto a punto en una sola temporada.

Fundado en 1919 en el barrio lisboeta de Belém, la vieja gloria del fútbol portugués celebró este sábado bajo una lluvia intensa su vuelta a la principal competición lusa tras asegurar matemáticamente la ventaja de puntos necesaria para regresar a Primera.

A lo largo de su historia, algunos ilustres del fútbol luso han defendido el color azul de su camiseta, entre ellos José Mourinho, quien incluso antes de enfundarse la zamarra del Belenenses como jugador (1982-1983) ya hacía informes de los rivales para el equipo cuando sólo era un adolescente y a petición de su padre, entonces portero titular de los lisboetas.

Aunque ayer perdió en Penafiel por 2-0, otros resultados aseguraron al Belenenses su ansiado ascenso, al contar con 78 puntos y 19 de ventaja en la trigésima tercera jornada.

Cerca de un millar de sus fervorosos aficionados desafiaron el aguacero para celebrar ayer en el estadio de Restelo -con capacidad para 20.000 personas- la hazaña.

El entrenador holandés Mitchell van der Gaag, de 41 años, es uno de los responsables de esta gesta tras 24 victorias, seis empates y apenas tres derrotas. "No fue una tarea fácil", admitió a los periodistas en los actos de celebración.

Gran conocedor del fútbol portugués desde hace una década (primero como jugador en el Marítimo de Funchal, después desde el banquillo) aterrizó en Restelo esta temporada y logró el ascenso al maniobrar un impecable desempeño que empezó con una plantilla con diecisiete nuevos jugadores.

La cohesión del conjunto desde la defensa al ataque, más allá de las individualidades, han prevalecido en el juego del equipo, en el que destacan los portugueses Fernando Ferreira y Tiago Caeiro.

Los años dorados del Belenenses, sin embargo, se remontan a los dos primeros tercios del siglo XX cuando disputaba sin complejos la supremacía del Sporting y del Benfica.

Fue campeón de la Liga lusa en 1946, ganó tres Copas de Portugal (1942, 1960 y 1989) y acabó tres veces en segunda posición en la Liga, la última en 1991.

Su reputación internacional -participó nueve veces en la UEFA- lo llevó a ser el invitado de honor del Real Madrid para inaugurar en 1947 el estadio Santiago Bernabeu, por aquel entonces conocido como Nuevo Estadio Chamartín.

El brillo de equipo grande se deslució a partir de la década de los ochenta, cuando cayó por primera vez a la segunda competición en 1984.

Al gris desempeño deportivo se unió una gestión financiera con sombras, en gran parte debido a las deudas con el fisco y la Seguridad Social.

Pese a sus idas y venidas a la Segunda División, "Os Belenenses" siguen siendo el quinto equipo del país con más presencias y victorias en la Primera División lusa, tras el Benfica, el Oporto, el Sporting y el Braga.

De sus filas salieron jugadores como Matateu (1927-2000), de origen mozambiqueño, como el legendario Eusébio, y dos veces máximo goleador de la Liga lusa, en la década de los cincuenta.

A pesar de que llegó al equipo después de la época dorada de los cuarenta, alcanzó el récord de 117 goles en trece temporadas, fue internacional y es hoy considerado uno de los mejores jugadores del fútbol lusa.

En la última década, despuntaron nombres como el ariete camerunés Meyong Zé, que pasó por las filas del Levante, o el futbolista hispano-brasileño Catanha, ex jugador del Málaga y Celta de Vigo.

Y más recientemente sobresalieron el brasileño Rodrigo Lima, hoy uno de los máximos goleadores de la delantera del Benfica, así como el actual entrenador de las "águilas", Jorge Jesús, que ocupó el banquillo entre 2006 y 2008.

Pero en los baúles del recuerdo del club quedan las primeras andanzas del actual entrenador del Real Madrid José Mourinho, de la mano de su padre Félix Mourinho, que fue portero en el equipo aún triunfador entre 1969 y 1974.

Por aquellos años el padre enviaba al joven de catorce años como "espía" de los equipos rivales a cambio del diez por ciento de las primas.

Impulsado por su progenitor, el hijo acabó por jugar con 19 años con el Belenenses en la temporada anterior a la primera caída del club a Segunda.

A pesar de la mala racha que atravesaba el equipo, el técnico "merengue" -que como jugador no despuntó y puso fin a su carrera con 24 años- el entonces centrocampista marcó tres tantos en la histórica goleada del Belenenses frente al Vila Franca do Campo, un 17-0 difícil de olvidar para Restelo y para el hoy inquilino del banquillo del Madrid.

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