El Cádiz, un histórico del fútbol español en horas bajas que vivirá el partido del año

A kilómetros de distancia, todo lo que suene a Cádiz se interpreta como sinónimo de jolgorio, luz y alegría. Estamos en lo cierto. Pero hay que precisar que desde hace cinco temporadas su equipo de fútbol ya no sonríe. Principalmente porque este año está disputando su sexta temporada en Segunda División B y su afición, siempre ejemplo en España, ha creado un escepticismo propio de aquel que desconfía de un consejo (el grupo sevillano Locos por el balón) que no presenta estabilidad por la lucha de control entre los hombres de Quique Pina y Manuel Vizcaino, actual presidente de la entidad.

Y esa incertidumbre se refleja en el campo. Donde el equipo es el tercer clasificado en el grupo IV de la categoría de bronce y acumula años de sinsabores en las rondas finales de los playoffs. Hay inversión, jugadores de parné en el equipo pero no hay suerte: el pozo, como se conoce a la Segunda División B, es el pozo. Pero este miércoles asomará el Real Madrid por la tacita de plata y ahí todo cambia.

Cádiz espera con ansia el choque pero el Ramón de Carranza no se desbordará. ¿El motivo? Benítez hará rotaciones en su plantilla y Cristiano Ronaldo no pisará la ciudad. James, cuya enemistad con Benítez parece que es palpable, es el único jugador de quilates que pisará el verde en un partido donde tampoco estarán Bale ni Benzema.El último Cádiz - Real Madrid vio nacer a Robinho

El 28 de agosto de 2005 fue la última vez que Cádiz y Real Madrid se enfrentaron en el Ramón de Carranza. Y el partido tuvo historia. Principalmente porque por el verde del estadio andaluz asomó un Robinho que se había convertido en la gran estrella en el proyecto galáctico de un Florentino que dimitiría meses después tras una derrota en Mallorca. Pero ese día todo era felicidad en el seno madridista porque el delanero brasileño confirmó que no sólo era un jugador de futuro, también lo era de prensente.

El ex del Santos, que había aterrizado sólo unos días antes en Madrid, entró en el minuto 20 de la segunda parte sustituyendo a Gravesen con 1-1 en el marcador. Su carta de presentación fue un sombrero a Fleurquín en el primer esférico que tocó. Después de una mar de bicicletas y regates imposibles, cedió a Ronaldo para que este entregara a Raúl un balón de gol que le dio la victoria a los blancos. Robinho dio una exhibición en su primer partido pero después se diluyó y acabó desembocando en Manchester.El doblete del Mágico en el Bernabéu

El Mágico González es uno de los jugadores más carismáticos que han pasado por el fútbol español. Y por descontado es el jugador más importante de un Cádiz que estuvo en boca de todo el mundo durante los ochos años que estuvo allí. En Cádiz jugaba el Mágico y todo el mundo estaba dispuesto a pagar una entrada para ver sus peripecias con el balón.

Después de sobresalir en el Mundial 82 y de rechazar ofertas de Atlético de Madrid y de PSG, donde no fue a firmar con todo pactado, recaló en Cádiz a cambio de 19 millones de pesetas. Su debut se produjo en un duelo ante el Murcia donde se pudo comprobar que a la ciudad andaluza había llegado un jugador especial con una calidad impoluta por el día y por la noche. De hecho, el club tuvo que ponerle un guardaespaldas para controlar sus actividades nocturnas que siempre daron que hablar.

Después de sus dos primeros años en Cádiz y de numerosos líos, la directiva lo cedió al Valladolid donde fue un incomprendido. Un año después, en 1986, volvería para quedarse hasta 1991 en unos años donde aún se recuerda un choque contra el Barcelona en el que llegó tarde al partido y tras entar en la segunda parte con 0-3, logró remontar con dos goles y dos asistencias. Eso y un extraordinario doblete al Real Madrid en un partido disputado el 2 de octubre de 1983 que se saldó con victoria blanca por 6-2. Durante esos años, el Cádiz vivió la mejor época de su historia permaneciendo en Primera División durante nueve jornadas consecutivas.El exitoso debut de Butragueño en Cádiz

El 5 de octubre de 1984 el madridismo vio nacer a una estrella en el Ramón de Carranza. Con 2-0 en el marcador a favor del Cádiz, Di Stéfano tiró de un joven imberbe llamado Emilio Butragueño que dio un golpe sobre la mesa con dos goles, el segundo el del triunfo en el minuto 89 de partido. En la ciudad andaluza quedó clara una obviedad: había nacido una estrella que perduraría en el tiempo.