El Calderón comienza a irritarse

Jenaro Lorente

Madrid, 23 oct.- Seis partidos oficiales sin ganar (cuatro en liga y dos en Liga Europa) y tres empates consecutivos (Sevilla, Granada y Mallorca), además de la derrota en Europa ante el Udinese, han llevado al hartazgo al Calderón, que expresó al término del partido ante los baleares su indignación.

Aunque de forma tímida y sólo desde un sector de la grada, los aficionados rojiblancos gritaron "Manzano vete ya, Manzano vete ya" a su entrenador, quien parece no haber dado con la tecla que encaje sobre el césped a su hombres.

El desconcierto se ha apoderado de la hinchada, que acogió la temporada con renovadas y justificadas ilusiones, a pesar de la marcha al fútbol inglés del Kun Agüero. El Atlético hizo bien los deberes en el mes de agosto y se reforzó adecuadamente. Tanto que hubo coincidencia. Había mejor plantilla que la campaña pasada.

Así lo parecían confirmar las rutilantes incorporaciones estivales, pero, entrado ya el otoño, lo cierto es que el juego del Atlético no convence, y los resultados tampoco.

Las miradas apuntan al entrenador. El técnico se llevó la bronca del público por su aparente falta de criterio. Manzano no ha sido capaz en dos meses de dar con un once titular que sus aficionados reciten de memoria.

Seguramente ha abusado de las denominadas rotaciones, esas que se suelen aplicar en el último tercio de las temporadas, cuando el duro calendario empieza a hacer mella en los futbolistas.

Manzano tiene sus razones para rotar tanto a sus jugadores. "Cuando hay una plantilla compensada y tantos compromisos internacionales, es lógico que se cambie el equipo. Este año ha habido un partido en el que hice siete cambios con respecto al anterior y se ganó 4-0. Nadie me dijo nada", explicó el técnico en la rueda de prensa.

Sin embargo, no resulta muy comprensible que, por ejemplo, un día Godín sea titular y al siguiente figure fuera de la convocatoria. Y lo mismo le ha pasado a Assuncao, Gabi, Mario, Tiago, Juanfran o Reyes. Demasiados cambios en poco tiempo.

Los grandes equipos son recordados siempre por un once que se entona de carrerilla. El Atlético del doblete se construyó de esa forma. Los titulares son titulares y los suplentes son suplentes, y todos deben ser conscientes del importante papel que desempeñan.

Seguramente es la asignatura pendiente de Manzano, al que el club debe concederle un margen de confianza. Manzano es tranquilo y sereno. Es capaz de analizar errores y de sacar jugo a una buena plantilla. El problema es que, mientras tanto, no se abra un hueco insalvable con los primeros puestos. El Atlético y Manzano deben reaccionar, porque el Calderón ha comenzado a cansarse y el tiempo se agota.