El enigma Pedro León

  • Pedro León, tal vez el mejor jugador del Getafe, el que más clase atesora en sus botas de todo el equipo, podría dejar su calidad en la grada por lo menos hasta diciembre si no se arregla la guerra subterránea que protagoniza el jugador murciano con su club y que ha salido a la luz estos días.

Juan José Lahuerta

Getafe (Madrid), 4 sep.- Pedro León, tal vez el mejor jugador del Getafe, el que más clase atesora en sus botas de todo el equipo, podría dejar su calidad en la grada por lo menos hasta diciembre si no se arregla la guerra subterránea que protagoniza el jugador murciano con su club y que ha salido a la luz estos días.

Su presidente, Ángel Torres, conduce la entidad madrileña con mano de hierro. No le tiembla el pulso y es el jefe de todas las decisiones que tienen que ver con su club. Incluso en sus mejores tiempos, aquellos en los que disputó dos finales de Copa del Rey, no era un espejismo verle cortando entradas en las entrañas del Coliseum Alfonso Pérez.

Su última decisión no ha pasado desapercibida. En una entidad acostumbrada a aparecer poco en los medios de comunicación, la "bomba" Pedro León ha estallado fuerte en la tranquila ciudad del sur de la Comunidad de Madrid.

Hace tiempo que el equipo sólo es noticia cuando lucha por salvarse en el último instante (sólo en el último año de Míchel, en el curso 2009/10, el Getafe brilló hasta quedar sexto) y, aparte de esas emociones inquietantes para los aficionados, de vez en cuando otro tipo de sobresaltos suelen competir en las páginas de los periódicos con el resto de noticias.

Cuando se supo que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) había prohibido al Getafe inscribir al centrocampista murciano porque el club había superado su tope salarial establecido en 17 millones de euros, la incredulidad se apoderó entre los aficionados del Getafe. Su mejor futbolista, aquel que un día fichó el Real Madrid, no estaba disponible para el técnico Cosmin Contra. No tenía derecho a jugar.

Pero la historia no es tan fácil. La realidad es que Ángel Torres intentó vender a Pedro León en verano. Varios equipos se interesaron, entre ellos el Hannover alemán y el Sevilla. Sin embargo, la oferta no dejó satisfecho al presidente del Getafe, que por contrato tenía que dar la mitad de los ingresos al Real Madrid. Al final, el cierre de mercado no llegó con más ofertas y Torres intentó bajar el sueldo a su jugador, el mejor pagado de toda la plantilla.

Pedro León se remitió al contrato que ya tenía firmado y prefirió continuar en el Getafe pese a que habría aceptado un traspaso a otro equipo. Éste no llegó porque Torres no creía saciadas sus pretensiones económicas.

Entonces, el presidente del Getafe presentó a la LFP una lista de las fichas y sus salarios con Pedro León en el último lugar. Con el tope salarial establecido en 17 millones de euros, en cuanto éste fuera superado, automáticamente se quedaban sin ficha aquellos que, después de rebasada ese número, estaban en la lista. Fue el caso de Pedro León. Era el último y el primero en superar el tope. Automáticamente, se quedó sin licencia. Y, además, sin poder ser traspasado porque el mercado ya se había cerrado.

"No puede jugar hasta diciembre o hasta otro año, será cosa de él. Tenía posibilidad de arreglarlo y si no se ha arreglado qué culpa tiene nadie. La LFP ha cumplido con su obligación. No hay que dar explicaciones. Pedro no está ahí porque no está", dijo a EFE Ángel Torres el mismo día en que saltó la noticia.

Ahora, el lío es gordo. Pedro León podría recurrir al sindicato de futbolistas, la AFE, para denunciar a la LFP y a su club. A estas alturas de la película sopesa esa opción mientras se entrena con normalidad junto al resto de sus compañeros. Hoy, también acudió a la Ciudad Deportiva del Getafe para trabajar.

Y eso podría ser un problema para el Getafe. El Tribunal Supremo dictó en 2010 una sentencia en la que la no tramitación de una licencia supone una falta de ocupación efectiva. Esa sentencia indica que si un jugador sólo participa en los entrenamientos para estar en las mejores condiciones, supone excluir al deportista de toda expectativa de ejercer su actividad profesional.

Por eso, se vulneraría el derecho a la ocupación efectiva y el club estaría incurriendo en un incumplimiento grave de las obligaciones empresariales por el que podría verse envuelto en problemas judiciales.

La decisión de Ángel Torres podría obligarle a pagar a un jugador por entrenar sin jugar. Mientras, Pedro León medita denunciar con la ayuda de la AFE. Hasta diciembre no podría marcharse a otro club, salvo que alguno tenga fichas libres por la lesión de algún jugador o porque no las haya cubierto todas. Pedro León, triunfador un día en San Siro, no sabe cuál será su futuro. Es enigma, el enigma Pedro León.

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