En Nazaré, un pequeño pueblo de Portugal, se siguen sucediendo los milagros. El año pasado el hawaiano Garrett McNamara surfeó una ola de 30 metros estableciendo un récord mundial pero el surfista francés Benjamin Sanchis fue a más el pasado mes de diciembre. En la localidad lusa, un año después de que el nacido en Hawai pusiera su vida a disposición del mar, el galo cabalgó una ola de 33 metros (lo equivalente a 9-10 pisos) de altura consiguiendo. Una hazaña histórica ya que batió el récord de la ola más grande jamás surfeada.
"Sentí rápidamente que había subido mucho; de un momento a otro dí un salto de 4 o cinco metros cuando descendía en vertical con la plancha. Al final de la ola, me caí", agregó después de entrar en el Guiness de los récords.
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