Barcelona, 3 ago.- El llanto del brasileño César Cielo en el primer escalón del podio de una gran competición internacional comienza a ser ya un clásico de la natación.
El brasileño, que hoy se proclamó campeón del mundo de los 50 metros libre en los Mundiales de Barcelona 2013 con un tiempo de 21.32, rompió a llorar con su medalla de oro al cuello en el momento de escuchar el himno de su país, tal y como ocurriera hace cinco años en el "Cubo de agua" de los Juegos Olímpicos de Pekín.
En dos semanas de competición en la piscina del Palau Sant Jordi ningún atleta había provocado el aplauso que se llevó el inconsolable nadador, de 1.96 de altura, escoltado por el ruso Vladmir Morozov y el trinitense George Bovell.
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