El Lokomotiv Moscú, un grande venido a menos con sello ibérico

  • El Lokomotiv Moscú, rival del Athletic de Bilbao en la Liga Europa, es un equipo grande venido a menos que parece que empieza a remontar al vuelo desde la llegada al banquillo del portugués Jose Couceiro.

Ignacio Ortega

Moscú, 16 dic.- El Lokomotiv Moscú, rival del Athletic de Bilbao en la Liga Europa, es un equipo grande venido a menos que parece que empieza a remontar al vuelo desde la llegada al banquillo del portugués Jose Couceiro.

El equipo patrocinado por el consorcio Ferrocarriles de Rusia, campeón de la liga rusa en 2002 y 2004, es actualmente sexto clasificado en la liga rusa a doce puntos del líder, el Zenit San Petersburgo.

Lo curioso es que el Lokomotiv arrancó la temporada como líder, puesto en el que se mantuvo durante varias jornadas, pero desde entonces su rendimiento ha sido más bien irregular.

El problema no es la línea de ataque, ya que es uno de los planteles más goleadores del campeonato, sino la defensa, que encaja demasiados goles.

El brasileño Guillerme es un buen portero, más ágil que seguro, al que le traicionan sus defensas, que destacan más por su poder ofensivo que por sus férreos marcajes.

El portugués Da Costa es un magnífico rematador de cabeza, mientras los laterales, Shiskin y Yanbáev, son dos internacionales muy potentes que no desaprovechan ninguna oportunidad para subir la banda.

El centro del campo cuenta con el jugador de moda en Rusia, Dennís Glushakov, de 24 años, un todoterreno que tanto corta, como remata y da asistencias de gol, lo que le ha valido la llamada del seleccionador, Dick Advocaat.

Sus compañeros con Torbinsky, un pequeño fajador con mucho carácter y no pocas dosis de mal genio, y el estilista español Alberto Zapater, que está viviendo una segunda juventud en el equipo ruso.

Zapater, criado en la cantera del Zaragoza y que fue internacional en casi todas las secciones inferiores, emigró en 2009 al Génova y después al Sporting de Lisboa, donde coincidió con Couceiro, que se lo trajo a Moscú en julio pasado.

La delantera es, quizás, la línea menos brillante, ya que el veterano internacional ruso Sichev, que se encuentra en los últimos años de su carrera profesional, sólo marca últimamente desde el punto de penalti.

Sus habituales acompañantes son el ecuatoriano, Felipe Caicedo, que militó en el Levante y Málaga españoles, y que aún no se ha aclimatado del todo a las exigencias del fútbol ruso, y el joven brasileño Maikon (21 años).

La directiva del Lokomotiv no ha descartado nuevos fichajes, más aún después de que en las últimas jornadas el equipo perdiera fuelle y fuera adelantado en la clasificación por el Rubín Kazán y el Spartak Moscú.

El equipo moscovita inició a principios de diciembre el último receso invernal antes de la transición del fútbol ruso al calendario vigente en el sur de Europa.

Por ello, los rusos reanudarán los entrenamientos a mediados de enero, previsiblemente en tierras cálidas de Oriente Medio, Turquía o España, para reiniciar la disputa de la liga rusa en marzo.

El partido ante el equipo vasco se disputará en el estadio Lokomotiv, que fue remodelado en 2002, tiene capacidad para menos de 30.000 espectadores y uno de los mejores céspedes del país.

Alineación tipo:

Lokomotiv: Guillerme; Shiskin, Da Costa, Durica, Yanbáev; Torbinsky, Glushakov, Ozdoev, Zapater; Caicedo y Sichev.

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