Ya es una tradición ver al pequeño Iván, de tan solo seis años, en cada partido del Rayo Vallecano. Enfundado con su camiseta del equipo vallecano y a los hombros de su padre, el pequeño Iván se ha convertido en todo un símbolo para la afición del Rayo.
Cuando llega el fin de semana, el pequeño aficionado del Rayo se erige en el alma mater de una de las mejores familias en el mundo del fútbol español. Ya le conocimos hace tres años, cuando con tan solo tres años comenzó haciendo sus pinitos en Zamora, en la fase de ascenso a 2º División A. En aquella ocasión, un jovencísimo Iván ya apuntaba maneras.
La familia rayista crece
El Rayo es una afición atípica en el mundo del fútbol. Se caracteriza por ser una de las más humildes pero de las más animadas. Tiene su particular abuela y ahora se suma Iván, la nueva promesa de una afición con ganas de disfrutar en Primera División.
Después de tres temporadas siguiendo, junto a su padre, al Rayo Vallecano se ha convertido en todo un icono para el rayismo. En el último partido, frente al Real Madrid, fue llegar Iván a Plaza de Castilla y comenzar la fiesta a base de cánticos de todo tipo.
Sin duda el mejor fichaje del Rayo Vallecano para su vuelta a Primera División.
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