En Mauritania, en el estadio de Nouadhibou, se celebraba la final de la Supercopa entre el FC Tevragh-Zeina y el Asc Ksar. Sin embargo, no fue un partido al uso. Todo indicaba que con el 1-1, el partido se iría la prórroga, pero en el minuto 67, el árbitro decretó el final de repente, y decretó que el encuentro se iba directamente a los penaltis. ¿Fue una orden del presidente de la República?
Se trataba de un día de fiesta nacional. El sábado 28 de noviembre, Mauritania celebraba el 55 aniversario de la independencia de Francia, y el jefe del Estado, Mohamed Ould Abdel Aziz, tenía cubierto el calendario. Asistió al partido, pero no le estaba entusiasmando.Por ello, según informan algunos medios locales, el presidente ordenó desde la tribuna "acortar" el partido. Su decisión era clara: finalizar el partido en el minuto 67 y pasar directamente a los penaltis. Un hecho inaudito en la que es la tercera competición más importante del país.
La selección de Mauritania ocupa el puesto 104 del mundo. El fútbol está todavía en vías de desenvolvimiento en el país africano, y el hecho de que un partido hubiese durado un poco más de una hora tampoco causó un estupor general.Para más inri, la Federación prefirió imponer el voto de silencio en un primer momento, pero después emitió un comunicado en el que negaba cualquier intromisión política: "Desmentimos de la manera más absoluta la intervención del Presidente de la República", escribió el número uno de la Federación."La decisión fue tomada por cuestiones organizativas en acuerdo con los presidentes y los entrenadores de los dos equipos", concluyó. Por cierto, en los penaltis, el FC Tevragh-Zeina se llevó la victoria.
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