El PSG exhibe tanto poderío económico como falta de atractivo

  • El París Saint-Germain ha sido la estrella del mercado invernal de fichajes en Francia, pero más por el fracaso en la incorporación de estrellas mundiales que por haber mostrado el poderío económico que le aportan sus propietarios cataríes.

Luis Miguel Pascual

París, 1 feb.- El París Saint-Germain ha sido la estrella del mercado invernal de fichajes en Francia, pero más por el fracaso en la incorporación de estrellas mundiales que por haber mostrado el poderío económico que le aportan sus propietarios cataríes.

El club de la capital ha fichado a tres brasileños, los defensas Maxwell y Alex y el centrocampista de contención Thiago Motta, con pasaporte italiano, en los que ha invertido, en total, 10 millones de euros, a los que hay que sumar la llegada de un técnico de talla internacional, el italiano Carlo Ancelotti.

Pero más que por esas incorporaciones, el PSG ha sido noticia invernal por los sonoros fracasos en las incorporaciones de David Beckham, Pato, Kaká o Carlos Tévez, que hubieran supuesto un desembolso mucho más importante pero que finalmente prefirieron no recalar en el fútbol francés.

El director deportivo del club, el brasileño Leonardo, activó sus contactos en Italia para reforzar el club que, a principios de temporada, ya había invertido 85 millones de euros en fichajes.

Esencialmente en la llegada del centrocampista argentino Javier Pastore, una joven promesa del fútbol mundial por la que pagaron al Palermo 43 millones de euros.

Se lo disputaban los grandes de Europa y se lo quedó el PSG, lo que hacía presagiar un incremento en el atractivo de un club que hacía 18 años que no ganaba el campeonato de su país.

Mientras, en el terreno de juego, el equipo respondió a medias a la inversión estratosférica de los cataríes. No ha dejado de dominar el campeonato francés, pero fracasó estrepitosamente en la Liga Europa, donde no superó la primera fase.

Eso llevó a los propietarios a plantearse nuevos refuerzos en el mercado invernal, empezando por el banquillo. La llegada de Ancelotti y su imponente palmarés parecía una garantía suficiente para que el mundo entero supiera que el PSG había subido de estatus.

Pero no lo entendieron así algunas estrellas. Comenzando por Beckham, que rechazó dejar el glamour de Los Ángeles por el de los Campos Elíseos. Con su llegada, más que un refuerzo deportivo, el PSG pretendía aumentar su atractivo y notoriedad internacional.

La prensa publicó la propuesta de sueldo que el club había puesto sobre la mesa del jugador, casi medio millón de euros al mes, lo que provocó reacciones virulentas incluso de la clase política, que lo consideró indecente en tiempos de crisis.

Pato fue el primer nombre que sonó para reforzar la delantera y los diarios llegaron a comentar que la llegada estaba próxima. Pero en el último momento, el jugador prefirió quedarse en el Milan, aconsejado, dicen, por el padre de su novia y propietario del club, el ex primer ministro Silvio Berlusconi.

Quizá la joven promesa brasileña pesó que su proyección internacional perdía un poco al cambiar la Lombardía por la capital francesa.

Menos caliente fue el caso de Kaká, por quien el PSG mostró un interés que nunca encontró eco en el jugador ni en el Madrid. El centrocampista apostó por convencer a José Mourinho de que puede ser válido para este proyecto.

Faltaba la estrella mundial que diera resplandor al proyecto catarí del PSG y todas las miradas se fijaron en el argentino Carlos Tévez, enfadado con el Manchester City y deseoso de abandonar ese club.

Pero "el Apache" no ocultó su deseo de partir a otros destinos. El Milan y el Inter de Milán se interesaron en ficharlo y él ordenó que enfriaran los contactos con el PSG, que consideraba menos atractivo.

Finalmente, cansado de los desplantes del argentino, Leonardo descartó su llegada y el jugador no acabó por concretar su salida.

Así, el PSG ha renovado dos tercios de su plantilla desde la llegada de los cataríes, que han invertido algo más de 100 millones de euros, un récord en el continente.

Pero el dinero no oculta que el club tiene camino largo para convertirse en un grande de Europa.

La consecución de su liga y su próxima participación en la Liga de Campeones pueden allanar el camino.

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