El Real Madrid se acostumbra al atracón y la siesta

  • La victoria clara del Real Madrid ante el Villarreal (3-0) siguió el mismo esquema que la anterior ante el Málaga: festival goleador y de juego en el primer tiempo, y fútbol pausado en el segundo tiempo para ahorrar energías.
Di María celebra su gol al Villarreal
Di María celebra su gol al Villarreal
Jorge Ramírez Orsikowsky

El Real Madrid tiene dos caras. La cara A es la de un equipo ambicioso, arrollador y letal; la cara B es la de un equipo tranquilo, pausado y clemente. 45 minutos dura cada una y últimamente muestra las dos con la precisión de un reloj suizo. Lo hizo en la goleada ante el Málaga en La Rosaleda (0-4) y ha repetido ante el Villarreal (3-0).

La cara A es la más bonita, la que provoca la lluvia de elogios al equipo entrenado por José Mourinho. Los blancos salen a tope y machacan a su rival en 45 minutos. Presión agobiante muy arriba, jugadas eléctricas en ataque, contragolpes fulgurantes… El Villarreal se deshizo como un azucarillo igual que lo había hecho cuatro días antes el Málaga.

Karim Benzema, Kaká y Ángel Di María lograron los tres goles, que pudieron ser muchos más. El Real Madrid dio un baño en toda regla al submarino amarillo, que deseó con todas sus fuerzas el sonido del pitido final igual que un boxeador medio noqueado espera oír la campana del final del asalto.

Luego llega la segunda parte y el Real Madrid da paso a la cara B. Como si se hubieran relajado en el jacuzzi que tienen en el vestuario, los blancos salen con ganas de dejar pasar el tiempo sin sobresaltos para guardar energías con vistas a futuras batallas. En esta segunda parte, el público disfruta muchísimo menos y no es para menos.

El fútbol de toque sin velocidad es soporífero, y el equipo blanco abusó de él. Tanto que recibió algunos pitos de los mismos aficionados que en la primera parte le habían rendido pleitesía por su partidazo, pero es que los espectadores pagan por 90 minutos, no por 45 excelentes y 45 de relleno. La siesta está muy bien después de una comida copiosa, pero los aficionados del Real Madrid esperan al menos el postre después del atracón de goles.

Mostrar comentarios