Madrid, 23 mar.- El estadio Santiago Bernabéu lució este domingo un ambiente de gala para albergar un nuevo 'Clásico' liguero entre Real Madrid y Barcelona que tiene connotaciones especiales por la lucha que ambos mantienen por el título y por ser el último que disputa el portero azulgrana Víctor Valdés.
Desde horas antes del inicio del choque los aledaños del estadio Santiago Bernabéu respiraban un ambiente especial con multitud de aficionados rodeando el coliseo blanco y numerosos agentes de policía reforzando la seguridad del evento.
La cita, a la que llegaban ambos equipos inmersos en dinámicas opuestas, el Real Madrid como líder y mostrando mucha superioridad en su juego con todos los rivales, y el Barcelona, como segundo a cuatro puntos, generando dudas después de algunos tropiezos inesperados frente a Valencia, Levante y Valladolid, requería el ambiente que lucía el estadio.
Treinta y cinco minutos antes del comienzo del choque, el Barcelona saltó al césped entre los pitos atronadores de la hinchada blanca, todo lo contrario que el Real Madrid, que salió ovacionado poco después, con sus aficionados ondeando las banderas blancas dispuestas por el club en cada asiento.
El himno cantado por Plácido Domingo fue una fiesta en las gradas del estadio madridista, que justo antes del inicio del choque enmudecieron para guardar un respetuoso minuto de silencio en memoria de Adolfo Suárez, primer presidente del Gobierno de la democracia, fallecido hoy a los 81 años.
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