El Shakhtar, entre la samba brasileña y el exilio de la guerra

  • El Shakhtar Donetsk, el eterno campeón ucraniano, es el mejor exponente europeo de la samba brasileña, aunque el actual conflicto en el este de Ucrania podría frustrar sus esperanzas de llegar lejos en la Liga de Campeones.

Ignacio Ortega

Moscú, 28 ago.- El Shakhtar Donetsk, el eterno campeón ucraniano, es el mejor exponente europeo de la samba brasileña, aunque el actual conflicto en el este de Ucrania podría frustrar sus esperanzas de llegar lejos en la Liga de Campeones.

Los mineros tienen su estadio en Donetsk, ciudad bajo control de los milicianos rebeldes desde abril y que es martilleada un día sí y otro también por la artillería ucraniana, por lo que la Federación nacional ha cancelado la disputa de partidos oficiales.

No en vano, ya que recientemente un proyectil lanzado supuestamente por las fuerzas ucranianas cayó sobre el Donbass Arena, el único con categoría UEFA de 5 estrellas en toda Europa del Este, aunque sólo causó daños en su fachada.

Desde la pasada temporada, el Shakhtar juega sus encuentros ligueros e internacionales en Lvov, ciudad del oeste de Ucrania, donde reina la paz y que se encuentra al otro extremo del escenario de la sublevación armada prorrusa.

El problema para el campeón ucraniano no es el estadio, ya que fue construido para la Eurocopa que Ucrania y Polonia acogieron en 2012, sino la frialdad de las gradas, ya que el Shakhtar no cuenta con muchos seguidores entre los ucranianos del oeste.

Lo mismo ocurriría si la UEFA optara por Kiev, donde el Shakhtar tiene a su peor enemigo, el histórico Dinamo, por lo que las gradas podrían jugar en su contra.

Además, por miedo a la guerra, varios futbolistas latinoamericanos aprovecharon un partido ante el Olympique de Lyon para bajarse del barco y negarse a regresar a Donetsk, aunque finalmente sólo el argentino Facundo Ferreyra ha sido cedido.

En el plano futbolístico, la estrella del equipo ucraniano está en el banquillo, el rumano Mircea Lucescu, un técnico curtido en mil batallas capaz de regenerar la plantilla año tras año, pese a que sus mejores jugadores suelen abandonar el equipo.

Así ocurrió con los brasileños Fernandinho (Manchester City), William (Chelsea) y Eduardo da Silva (Internacional), y antes con el armenio Mkhitaryan (Borussia Dortmund).

La estrella del Shakhtar es ahora el goleador Luiz Adriano, que suele jugar solo en punta, pero que es alimentado desde la posición de media punta y por las bandas por varios de sus compatriotas.

Al parecer, el portero Kanobolotski parecer haberse ganado la titularidad, lo que ha relegado a la suplencia al veterano Pyatov, internacional con su país.

El croata Srna, un engañoso lateral derecho, ya que ataca mucho mejor que defiende, es el eterno capitán y el ojo derecho de Lucescu en el campo, ya que juega en el Shakhtar desde 2003.

El centro de la defensa sigue siendo comandado por el ucraniano Rakitskiy, mucho más expeditivo que el exbarcelonista Chigrinskiy que juega de manera intermitente.

El fino Ilsinho suele ser fijo en el medio del campo, donde le acompañan otros dos brasileños (Teixeira, Douglas Costa, Taison o Bernard), ya que Lucescu parece haber reservado un puesto en el medio para el internacional ucraniano Gladki proveniente del Karpaty.

Con el paso de los años, Lucescu no ha perdido la confianza en la magia brasileño, no en vano 13 jugadores, la mitad de la plantilla, son oriundos del país carioca.

De hecho, esta temporada se han sumado otros dos jugadores a la pléyade de brasileños: los defensas Marlos y Azevedo procedentes del Metallist.

No obstante, son pocas las ocasiones en las que el rumano juegan con más de cuatro brasileños de inicio, debido a su indisciplina defensiva, que le ha jugado malas pasadas al Shakhtar en las últimas ediciones de la Liga de Campeones.

El Shakhtar, campeón de las últimas cinco ligas ucranianas, se alzó con la última edición de la Copa de la UEFA en 2009 al derrotar en la final al Werder Bremen.

Su mayor éxito en la "Champions" fueron los cuartos de final en 2011 ante el Barcelona de Pep Guardiola, que les endosó un 6-1 entre ambos partidos y se alzaría posteriormente con el máximo trofeo continental.

El presidente y propietario del club es el hombre más rico de Ucrania, Rinat Ajmétov, que se encuentra de capa caída desde que se enfrentara a los rebeldes prorrusos, que le amenazaron con expropiarle sus empresas.

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