El trabajo detrás del mejor 'parapenaltis': Diego Alves estudia cada semana a sus rivales

    • José Luis Oltra, que le entrenó en 2010, explica su éxito en esta faceta como una mezcla de "dedicación, intuición y cualidades físicas".
    • "Domina muy bien el juego mental y la batalla psicológica", añade César Sánchez, exportero del Real Madrid y el Valencia.
    • Le han metido menos de la mitad de los que penaltis que le han lanzado en España, cuando el acierto medio es del 80%.
Diego Alves, el 'parapenaltis'
Diego Alves, el 'parapenaltis'

La desigual batalla de los penaltis entre el pateador y el portero la ha convertido Diego Alves en un tormento para los rivales. El arquero del Valencia detuvo su penalti número quince en la Liga española de los 35 que le han lanzado. Desde que está en España, menos de la mitad de las penas máximas a las que se ha enfrentado se han convertido en gol. De los 39 penaltis en su contra desde que llegó al fútbol español, sólo 19 acabaron dentro (el 48.7%, cuando el porcentaje de acierto está en torno al 80). ¿Cómo se construye un parapenaltis? "Nada viene del cielo. Hay mucho de feeling y depende mucho de la intuición y las sensaciones, pero sin olvidar el trabajo", reflexiona César Sánchez, cuarto mejor especialista del último cuarto de siglo (11 parados) y portero de Real Madrid, Valladolid y Valencia entre otros. "Su éxito es una combinación de dedicación, intuición y condiciones innatas", resume José Luis Oltra, entrenador del Recreativo de Huelva y que dirigió a Alves en el Almería en la temporada 2010-11.

En los últimos tiempos, los penaltis son un reducto del fútbol en el que se cuela la ciencia. El economista español Natxo Palacios-Huertas, que ha trabajado para el Chelsea y Holanda, ha analizado más de 11.000 lanzamientos, obteniendo los patrones de cada jugador. "Diego estudia durante la semana a los potenciales lanzadores del rival. No sólo al especialista, sino también a otros dos o tres jugadores más. Se mira los penaltis de la última temporada y de otras también y le pide al entrenador de porteros toda la información que pueda facilitarle", recuerda Oltra, que no calificaría de obsesiva la fijación de Alves con esta faceta del juego. "Sí que le da mucha trascendencia, pero como a todo lo que hace para mejorar. Es un gran profesional".

De cara a la final del Mundial de 2010, Palacios-Huertas, catedrático de la London School of Economics había escrutado cada penalti lanzado por los jugadores españoles y también las tendencias de Casillas, una preciosa información que los holandeses tenían en su poder. "El estudio de los lanzadores es algo que empezó ya en mis últimos años como jugador", dice César, que se retiró del fútbol en activo en 2012.

Cuando llega el momento de la verdad, toca aplicar la información y lo trabajado metódicamente. "Divides la portería en seis celdas, según dónde se tire el penalti: el 1 es abajo a la izquierda, 2 abajo a la derecha… y así sucesivamente. Y también tienes a tu disposición el patrón de lanzamiento del rival". Todos los jugadores tienen lo que en el argot se conoce como el 'lado o zona de seguridad'. "Tienden a apoyarse en ella, aunque el portero seguramente lo sepa". El domingo, Carlos Bacca cambió de lado en el segundo intento de batir a Diego Alves pese al éxito del primero, en el que engañó al portero y la ajustó al lateral. "Algo raro vería en el último momento que le hizo cambiar", teoriza César.

Los caprichos del fútbol quisieron que en apenas diez minutos, Alves y Bacca se vieran las caras en dos ocasiones desde los once metros. La batalla psicológica al cuadrado. "Diego lo domina muy bien. En Almería ya era muy bueno en los penaltis, pero en el Valencia se ha hecho mucho más grande. Es fundamental que un portero maneje el éxtasis previo que se genera instantes antes del disparo. Alves consigue desestabilizar siempre al oponente", apunta César. "Domina el juego mental con el rival y normalmente sale victorioso. Se los lleva a su terreno con las historias que hace", añade Oltra. "Me llamó colombiano de mierda", dijo después del partido Bacca.

Ni el estudio, ni la intuición, ni la parafernalia pre-lanzamiento, servirían de mucho sin las cualidades físicas de Alves, de 188 centímetros de altura y unos reflejos felinos. "Es muy rápido y potente para lanzarse y la velocidad de reacción que tiene está fuera de lo común. Lo tiene todo para ser un parapenaltis", zanja Oltra.

Mostrar comentarios