El vacío de los ausentes

  • El sigilo y la incertidumbre alrededor de la lesión de Cristiano Ronaldo revela la trascendencia de la más significativa de las posibles ausencias del duelo entre el Barcelona y el Real Madrid, también marcado, en esta ocasión, por la relación de nombres ilustres obligados a quedar al margen de la pelea por el primer título del curso.

Santiago Aparicio

Madrid, 13 abr.- El sigilo y la incertidumbre alrededor de la lesión de Cristiano Ronaldo revela la trascendencia de la más significativa de las posibles ausencias del duelo entre el Barcelona y el Real Madrid, también marcado, en esta ocasión, por la relación de nombres ilustres obligados a quedar al margen de la pelea por el primer título del curso.

La baja del astro luso ensombrece la lucha. Descentra los focos y aparta el particular duelo personal que en los últimos años alimenta cada 'clásico': la batalla de gallos, de egos y cifras que acometen Cristiano y Messi.

El Real Madrid y también Cristiano apurarán hasta última hora para intentar su concurso en Mestalla. La dolencia llegó en el peor momento para el portugués. En plena efervescencia competitiva. Con la final de la Copa, las semifinales de la Liga de Campeones que tiene su destino en Lisboa y la recta final de la Liga.

El cuerpo técnico blanco y el propio futbolista hacen cálculos en busca de una buena solución, definitiva, en la ecuación entre el estado de la lesión, el riesgo, el beneficio y la conveniencia. Entre la lógica médica y el deseo del jugador. Una decisión que no se pasará a limpio hasta última hora.

El de Cristiano Ronaldo es el vacío más llamativo. Una duda latente que se resiste a formar parte de los olvidados, de los secundarios condenados al rincón una vez desplazados del protagonismo. Un desafecto en el que están inmersos desde hace tiempo compañeros como Álvaro Arbeloa, Jesé Rodríguez, el alemán Sami Khedira o Marcelo, y rivales como Gerard Piqué, Carles Puyol o Víctor Valdés.

Mientras Marc Bartra, ausente el pasado sábado por una sobrecarga, parece haber salido a tiempo del contratiempo, el resto será recordado por formar parte de la relación de llamativas bajas.

Sami Khedira ha contemplado el curso como espectador. Su lesión del ligamento cruzado al inicio del ejercicio echó por tierra su condición de activo blanco. Y su objetivo más concienzudo es el Mundial. Más que el tramo final de una temporada que podría alcanzar. Ahora que ve la luz.

Su caso es el de Jesé Rodríguez y el de Víctor Valdés, pero en momentos distintos. El meta azulgrana, posiblemente, también habría estado al margen de la final en cualquier caso, víctima de la rotación en la portería que tradicionalmente otorgan a Jose Manuel Pinto la condición del arquero de la Copa.

Sin embargo, la baja del portero internacional va más allá del terreno de juego. Su lesión, también el cruzado, ensombrece una despedida anunciada y su relevancia en el vestuario.

Jesé tuvo que frenar en seco una trayectoria fulgurante y prometedora. Carlo Ancelotti perdió a un jugador y una solución para bastantes meses. Más allá del inicio del próximo curso. El canario, en su año inicial en la primera plantilla blanca logró un protagonismo impensable. Su entusiasmo se estancó en una esquina del césped del Bernabeu en un partido de Liga de Campeones.

El lateral brasileño Marcelo, pese a sus progresos en la recuperación de su rotura muscular en los isquiotibiales izquierdos, no llegará a tiempo a la final de Valencia. El propio Ancelotti le dio por descartado ayer.

Será la de Mestalla la tercera final seguida que se pierda Carles Puyol. El bravo central azulgrana no disputó ni la última ganada por el conjunto azulgrana -hace dos años al Athletic-, ni la que el Barcelona perdió contra el Real Madrid, hace tres.

Tampoco estará en esta ocasión, presa de un sinfín de dolencias. La más grave, la de rodilla que le mantuvo apartado siete meses de los campos, ha terminado de convencerle de un adiós anunciado al Barcelona a final de temporada.

Gerard Piqué está cerca de poner fin al mes de baja estimado tras la fisura en la cadera que se produjo en el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Atlético Madrid. Estará a punto para las jornadas finales de Liga. Pero aún no para la Copa del Rey, plagada, como él, de ausencias ilustres.

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