El vencedor del clásico sudamericano buscará un hueco en el podio

  • Brasil y Argentina volverán a reeditar el clásico sudamericano, esta vez en el torneo olímpico de baloncesto, en busca de una victoria que permita buscar un hueco en el podio de Londres 2012.

Londres, 7 ago.- Brasil y Argentina volverán a reeditar el clásico sudamericano, esta vez en el torneo olímpico de baloncesto, en busca de una victoria que permita buscar un hueco en el podio de Londres 2012.

Brasil llegó a Londres con la piel de cordero. Su presencia en el torneo olímpico tras dieciséis años de ausencia le permitió jugar esa carta durante la primera fase, aunque también hubo avisos desde el equipo que avisaban de sus intenciones: "Brasil puede estar en la lucha por las medallas", dijo el entrenador Rubén Magnano en más de una ocasión.

Ahora, en cuartos de final (20.00 locales/19.00 GMT), ya no hay caretas con las que ocultar nada. Brasil ha demostrado que vuelve al primer plano internacional y que quiere jugar sus bazas ante el eterno rival continental del sur.

El argentino Magnano, entrenador de la selección albiceleste campeona olímpica en Atenas 2004, es ahora el técnico de Brasil. Morbo añadido, aunque nada nuevo, ya que en el Mundial de Turquía 2010 ya se enfrentaron en octavos de final, con victoria argentina por 93-89.

"Puedo hablar bastante de Argentina", dijo Magnano, pero lo que más me preocupa es el hambre de gloria que todavía no perdieron. Es duro jugar contra un equipo así, pero Brasil se preparó para esto", añadió el técnico brasileño.

"Argentina tiene, además, el barniz de la experiencia, pero tengo la sensación de que nosotros (Brasil) también tenemos hambre de gloria", añadió Magnano.

Nene Hilario no jugó el último partido ante España y es duda para enfrentarse contra Argentina. Una fascitis plantar es la responsable de que el pívot esté entre algodones, aunque dada la importancia del encuentro, salvo causas de fuerza mayor, lo normal es que pueda ayudar a sus compañeros.

El equipo que dirige Julio César Lamas llega al choque tras dar guerra a Estados Unidos durante más de 20 minutos y a pesar de la ausencia de su base titular, Pablo Prigioni, aún no recuperado por completo del cólico nefrítico que sufrió hace unos días y su participación frente a Brasil se mantiene como una incógnita.

Ante ese panorama el joven Facundo Campazzo (1,79 metros) volverá a contar con muchos minutos en pista, al igual que ocurrirá con el resto del quinteto inicial argentino, formado por jugadores tan experimentados como Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andrés Nocioni y Andrés Delfino.

"Hemos jugado muchas veces contra Brasil en los últimos años, pero este partido va a ser el más importante de todos ellos", comentó el ala-pívot Juan Pedro Gutiérrez. "Es especial para los dos equipos porque es el torneo olímpico y estamos ante la oportunidad de alcanzar una medalla. Ese es el objetivo que tenemos en mente. Va a estar lindo", añadió.

Argentina, oro en Atenas 2004 y bronce en Pekín 2008, ha sufrido dos derrotas en la fase preliminar, frente a Francia y Estados Unidos, por una sola de Brasil, en su caso contra Rusia, con un triple en el último suspiro de Vitaliy Fridzon.

"Nos hemos enfrentado en cuartos de final de dos Mundiales y sabemos cómo hacerles frente. Tenemos que ajustar la defensa para poder ganar, cerrar el rebote para que no tengan segundas opciones e impedir que corran", indicó Gutiérrez.

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