Novi Sad (Serbia), 15 ene.- La selección española de balonmano cerró su primera jornada de trabajo en Serbia con una suave sesión de entrenamiento en la que repasó las distintas variantes ofensivas para atacar defensas avanzadas como el 5-1 que suele emplear Francia.
El seleccionador español, Valero Rivera, prestó especial atención a los movimientos de los centrales con el objetivo de ganar la superioridad numérica bien por el extremos o por el pivote, donde Julen Aginagalde se antoja decisivo en las aspiraciones del equipo español.
Como la defensa, aunque el técnico español, no quiso mostrar públicamente antes del encuentro de mañana con lo franceses (18:15) ninguna de las variantes que ha ensayado durante la fase de preparación para hacer todavía más sólido el 5-1 español, la defensa sobre la que se cimentó el bronce conquistado el pasado año en el Mundial de Suecia.
La mejor arma junto con el veloz contragolpe de la selección, como volvió a demostrar esta tarde sobre la pista del Spens Arena de Novi Sad, donde los extremos españoles evidenciaron en el ejercicio con el que acabó la sesión su infalibilidad cuando encaran en solitario la línea de seis metros.
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