España decide no estropear las bandas de Wembley y pierde con Inglaterra

Los 68 metros que tiene de ancho el estadio de Wembley podían haberse acortado en el amistoso disputado entre Inglaterra y España, sobre todo si fuese por la campeona del mundo. Las bandas del campo fueron las grandes ausentes en los ataques de los futbolistas de Vicente del Bosque. Casi ni un ataque ni por la derecha ni por la izquierda.

Iniesta y Villa jugaron pegados a banda pero su tendencia natural fue la de irse cada vez que recibían un balón hacia la parte central del campo, donde esperaba la maraña defensiva tejida por el italiano Fabio Capello. El excesivo toque de La Roja, que mareó a su rival y a los espectadores sobre todo en los primeros cuarenta y cinco minutos, no se tradujo en ocasiones claras de gol.

Tanto los falsos extremos mencionados anteriormente como Silva o Villa se estrellaban una y otra vez contra el muro inglés. Sólo Jordi Alba, y no demasiadas veces, fue el que quiso "estropear" algo las bandas de un césped que no presentaba el mejor aspecto para un partido internacional. Arbeloa apenas pasó del mediocampo.

El gol de Lampard al comienzo de la segunda parte y la introducción de nuevos futbolistas en España sirvió para probar algo las bandas, aunque no demasiado y sin excesiva fortuna. Arbeloa lo intentó a falta de diez minutos, al igual que Mata que jugaba por banda izquierda. Pero gran parte de las veces las jugadas volvían al centro. Igual con un Llorente de 9, la decisión hubiese sido otra.

Tiki-taka pero sin gol

La primera parte era lo mismo que se preveía: balón para España, defensa para Inglaterra. Lo normal con una selección pensada para tener la posesión y otra que sólo busca la contra. El dominio de los de Vicente del Bosque fue total y absoluto desde el pitido inicial pero con un "pero". Hart, el portero inglés, apenas tuvo que intervenir en la primera parte.

Es decir, mucho toque pero sin crear ninguna ocasión clara. Y después llegó el golpe, un gol de Lampard prácticamente en la única jugada de ataque de una Inglaterra que se dedicó a defender desde el principio. Un amistoso que debería servir a los españoles para saber con lo que se puede encontrar en la próxima Eurocopa, equipos que dejen hacer y busquen la contra.