España - Francia: la tranquilidad de Deschamps, en juego

    • Deschamps sigue sin contar con Nasri.
    • No quiere que se repitan situaciones como las que vivieron Blanc o Domenech.

Alex Fontes

Didier Deschamps quiere que la tranquilidad y el buen juego sean las notas predominantes de su etapa. Para ello no ha dudado en dejar fuera de las convocatorias a jugadores clave. El de Bayona quiere enterrar definitivamente las dos épocas convulsas en el seno de las concentraciones "Bleus".


Durante el Mundial de Sudáfrica de 2010 varios jugadores se amotinaron y protagonizaron una huelga tras un enfrentamiento entre Anelka y el entonces seleccionador Domenech. La imagen de "les Bleus" fue criticada incluso por el presidente Sarkozy. Tras la destitución de Domenech, Laurent Blanc tomó la decisión de no convocar a ninguno de los implicados en el motín.


El nuevo técnico encadenó una buena racha de resultados y juego, hasta que llegó a la Euro. Parecida situación, distintos protagonistas; esta vez fueron los jóvenes del equipo los sublevados.


Primero Ben Arfa amenazó al seleccionador con irse de la concentración tras una discusión; después, en un ambiente enrarecido, en el partido contra España, M'Vila negó el saludo a su sustituto y a Blanc; Menez insultó a su portero, Lloris, y al árbitro del partido; y Samir Nasri, que ya había dejado gestos a la prensa en el campo, arremetió pública y duramente contra los medios.


¿El resultado? La Federación Francesa castigó con tres partidos a Nasri y con uno a Menez, además advirtió a Ben Arfa y M'Vila. Blanc renunció a su cargo como seleccionador y llegó Didier Deschamps. Él sólo ha contado con el jugador del PSG, Menez, tras cumplir éste su partido de sanción. Los demás no han vuelto a disputar un partido con la camiseta del gallo.


Poco le ha importado al técnico que Nasri ya haya cumplido su sanción, que sea su jugador más creativo en el mediocampo, o que media Europa suspire por el prometedor pivote defensivo del Rennes M'Vila. La prioridad es el grupo, que parece centrado en los partidos oficiales tras las dos victorias en otros tantos partidos de clasificación para el Mundial de 2014.


Buena parte del sosiego conseguido lo puede desmenuzar la misma culpable de la última purga francesa. En el Calderón, Deschamps pondrá en juego la credibilidad de su proyecto.

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