España recupera la seriedad ante Alemania pero sigue sin encontrar el brillo

    • La selección no mereció perder, controló el partido durante muchos minutos, pero fue incapaz de dar otra marcha al juego.
    • Sólo Isco dio algo de cadencia a un equipo al que le sigue faltando definirse.
0-1. Kroos derriba a España en el minuto 89
0-1. Kroos derriba a España en el minuto 89
Iñaki Angulo

Como suele ocurrir a muchos equipos que afrontan fases de reconstrucción, España perdió ante Alemania un partido que, ciertamente, no mereció perder. Le vacunó Kroos después de un ejercicio más o menos serio entre dos selecciones experimentales. La campeona del mundo sólo presentó a tres jugadores de los que tocaron el cielo en Brasil en verano. También la selección alistó un once con muchas caras nuevas, huérfano como estaba en esta convocatoria de Iniesta, Silva o Cesc y sin el concurso de Koke. Sí que estuvo Isco, quizás de los más acertados en una España a la que le falta duende.

Porque sí que recobró oficio España ante una camiseta con todo el pasado, el presente y el futuro de Alemania. Si bien ninguno de los dos equipos jugó a demasiadas revoluciones, sí que estuvo mejor plantado el equipo de Del Bosque durante la primera mitad. Isco le dio vuelo al equipo en el centro del campo. Sin Koke, Cazorla o Silva, fue el único vestigio del estilo al que hace poco tiempo dio lustre España. Por primera vez en la era Del Bosque, perdió la posesión de balón. La selección está en un cruce de caminos en el que le cuesta definirse.

Fue más vertical que su predecesora, con Bruno y Busquets de escoltas e Isco de lanzador de hombres como Nolito y especialmente Morata. El delantero del Juventus fue una centrifugadora durante toda la primera mitad, cayendo a ambas bandas, tirando desmarques y estirando al equipo. Le faltó un punto de acierto y claridad en los últimos metros para hacer caja. También estuvo fino durante los mejores momentos de España Bernat, que dio mucha profundidad al equipo por el costado izquierdo. Faltó un poco de asociación en los metros finales, aunque es quimérico conseguirlo cuando en vez de Iniesta, por ejemplo, está Raúl García. Son jugadores antagónicos que abonan diferentes caminos.

Este control que tuvo España durante la primera mitad no se trasladó con facilidad en ocasiones. Apenas un disparo mordido de Morata. Tras la reanudación, Pedro tuvo la mejor de la campeona de Europa, pero Zieler metió bien la manopla. Poco antes el árbitro escamoteó un gol legal a Morata. Ya era una España rebajada, en cualquier caso. Con ese mismo molde de seriedad pero sin otra marcha. Probablemente se juntó todo para no alterar el ritmo del partido. El conjunto era de fogueo, los jugadores están a otra cosa en esta fase de la temporada y la lluvia no dio tregua.

En ese discurrir monótono, en la absoluta planicie, empezó a crecer algo Alemania, que definitivamente se hizo con el balón para terminar de borrar a España. Casilla, que había sustituido a Casillas mediada la segunda mitad, despachó bien un primer intento de Kroos de media distancia. No tuvo la misma respuesta el portero del Espanyol al segundo intento del madridista, cuyo ensayo sí encontró la portería española tras doblar las manos de un Casilla al que tampoco ayudó el bote del balón. Se marchó España con la cabeza gacha del diluvio gallego. Intuye que le va a ser más fácil recuperar la sobriedad que el brillo, limitado a los fogonazos de Isco.

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