El de Basilea logró su triunfo número 57 en el torneo oceánico, uno más de los que lograse Edberg, 'grande' que conquistó en 1985 y 1987 y que disputó la final en 1990, 1992 y 1993. "Es muy bonito, pero él todavía sigue siendo mi ídolo", bromeó Federer tras el encuentro.
Sobre su contundente victoria por 6-3, 6-3, 6-1, el helvético indicó que "los dos primeros sets no reflejaron lo duro que pudo haber sido o lo duro que fue". "Creo que quizás rompió su concentración un poco cuando él estaba arriba 3-1 en el segundo set y me permitió recuperarme", advirtió.
Además, después del esfuerzo de la segunda ronda ante el francés Gilles Simon, Federer aseguró que no había notado el desgaste. "Estoy bien, feliz porque haber avanzado. Seguramente, no es lo más fácil recuperarse de un partido de cinco sets, pero lo conseguí. Otro día de descanso me va a venir bien", señaló el segundo favorito, que en la siguiente ronda se medirá al español Tommy Robredo.
Finalmente, reconoció que no había visto "lo suficiente" al joven australiano Bernard Tomic, próximo rival de Rafa Nadal. "Creo que va a ser un partido emocionante. Para él es genial a su edad ganar dos partidos seguidos en un 'Grand Slam', será un test interesante, pero Rafa no regala nada, yo he sentido eso antes", afirmó.
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