Detrás de un buen hombre, hay una gran mujer. Eso es lo que dice el refranero español. Si pudiésemos hacer una analogía con el mundo de la Fórmula 1 y con Ferrari, podríamos decir que "detrás de un campeón rojo, siempre hay un brasileño". Al menos eso es lo que parece en el siglo XXI. Durante toda su dictadura, Michael Schumacher siempre pudo contar con Rubens Barrichello como fiel escudero que le solucionase los problemas. Desde el Gran Premio de Italia 2012 en Monza, parece que Alonso también puede confiar en su "Robin" particular: Felipe Massa.
Desde el año 2000 hasta el año 2004 la Fórmula 1 sólo tuvo un color: el rojo del Ferrari. Y, más concretamente, del Ferrari de Michael Schumacher. El alemán dominó con mano de hierro los cinco años. La superioridad del bólido italiano era incontestable. Por ello, en muchas ocasiones se dio la circunstancia de que 'Schumi' y Barrichello acababan primero y segundo. Sin embargo, la jerarquía era clara: siempre primero el teutón. Rubens aceptó con su típica sonrisa ese papel secundario y abrió un pequeño y curioso capítulo de pilotos brasileños en Ferrari que Massa ahora parece continuar.
Ahora, Felipe Massa parece haberse dado cuenta de que no está llamado a ser el primer piloto de Ferrari. Quizá más tarde de lo previsto, pero el brasileño lo ha asumido con resignación. Puede que lo hiciera para conseguir renovar en Ferrari, pero en cualquier caso Massa ya se ha puesto del lado de Fernando Alonso en el Mundial. El caso es que Felipe se dejó adelantar por Fernando en Monza cuando éste venía desde atrás remontando.
Así, Fernando subía al podium con su tercer puesto, mientras que Felipe se tenía que conformar con un insulso cuarto puesto. Incluso por radio le avisaron de que "Fernando venía muy fuerte por detrás y estaba a menos de un segundo". Massa supo leer entre líneas y le puso la alfombra para que le pasara convirtiéndose en su fiel escudero, en su Rubens Barrichello particular.
Massa tuvo algo que Rubens no
Eso sí, Massa no se puede quejar del trato recibido por Ferrari. A diferencia de Barrichello, él sí pudo pelear por un título Mundial, pero aquella fatídica carrera en Brasil en la que Hamilton adelantó a Rosberg en la última curva le dejaron con la miel en los labios. Desde aquel lejano 2008 el rendimiento de Felipe con el coche rojo ha ido decayendo hasta asumir su papel de secundario.
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