La Planche des Belles Filles (Francia), 7 jul.- El británico Christopher Froome, ganador hoy de la séptima etapa del Tour de Francia, aseguró que el objetivo de la jornada no era su victoria parcial, si no conseguir que su compañero y compatriota Bradley Wiggins se vistiera de amarillo.
"Richie Porte ha hecho un trabajo formidable toda la ascensión, ha puesto un tren infernal y ha provocado muchos daños, eso ha hecho mi trabajo más fácil, he podido intentar algo en los últimos metros", afirmó.
El británico relató que esperaba el ataque del australiano Cadel Evans, pero que como no se produjo fue él quien lanzó las hostilidades para ver las fuerzas que tenía cada uno. "Y nadie me siguió, así que pude ganar", afirmó.
"No estaba previsto que yo buscara la victoria de etapa, pero vi que podía intentarlo y que no había ningún riesgo para Wiggins, así que me lancé al sprint", señaló.
Pese a su segunda plaza en la Vuelta a España del año pasado, Froome precisó que no tiene intención de discutir el liderato del equipo Sky a Wiggins.
"El plan es claro, Bradley es el líder. En el futuro podremos pensar en venir a una vuelta como líder, pero no ahora", señaló.
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