Fútbol y poder, historias de seducción que no siempre son correspondidas

  • El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aportó hoy un nuevo capítulo a las historias de seducción entre el fútbol y el poder al influir con sus palabras en el desenlace de un episodio que ha dejado sin empleo al entrenador de la selección Hernán Darío Gómez.

Redacción Deportes, 22 ago.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aportó hoy un nuevo capítulo a las historias de seducción entre el fútbol y el poder al influir con sus palabras en el desenlace de un episodio que ha dejado sin empleo al entrenador de la selección Hernán Darío Gómez.

Conocido como 'el Bolillo', Gómez desató una tormenta mediática en su país al agredir físicamente a una mujer, el 6 de agosto a la salida de un bar en Bogotá.

Tras admitirlo y pedir perdón en una declaración pública, Gómez sometió a la consideración de los directivos del fútbol colombiano su continuidad en el cargo, decisión que fue postergada a la espera del fin del Mundial Sub'20 de fútbol, que terminó el sábado pasado.

Mientras eso ocurrió, la polémica creció hasta polarizar a diversos e influyentes sectores sociales.

El presidente de Colombia tomó hoy cartas en el asunto al declararse a favor de que fuera aceptada la renuncia del entrenador e incluso propuso que se estudiara la posibilidad de contratar a un extranjero para el cargo.

"Después del lamentable y muy condenable episodio del 'Bolillo', yo creo que la Federación de Fútbol debe considerar la posibilidad de contratar un entrenador del extranjero para introducirle nueva sangre y nuevas ideas a la selección", dijo Santos.

Horas después la Federación Colombiana de Fútbol dio a conocer un breve comunicado en el que precisaba que Hernán Gómez, quien también fue seleccionador de Ecuador, había dimitido de manera irrevocable.

Historias de intervención de gobernantes en decisiones tácticas, en opciones futbolísticas o las preferencias del técnico por uno u otro jugador han tenido epílogos del tipo "... y fueron felices para siempre", pero también son muchos en los que el seductor no fue bien correspondido.

En Brasil, el general Emílio Garrastazu Médici, uno de los militares que gobernó el país durante la dictadura (1964-1985), intentó 'ayudar' a formar el once titular del equipo Canarinho que disputó y conquistó el Mundial de México en 1970.

Antes de la competición, el alto oficial le pidió públicamente al entonces seleccionador, Joao Saldanha, que convocase al delantero Dario.

"El presidente forma su Gabinete que yo formo mi equipo", le respondió antes de abandonar el cargo Saldanha, que ya generaba antipatía entre los militares por su militancia comunista.

Mario Lobo Zagallo asumió, convocó a Dario y conquistó un título mundial que los militares aprovecharon publicitariamente para mantenerse en el poder con un mensaje subliminal que tornaba sinónimos de grandeza al fútbol de este país y al régimen que lo gobernaba.

En 2002, ya en pleno ejercicio de la democracia, el entonces presidente, Fernando Henrique Cardoso, se sumó al coro que pedía al seleccionador Luiz Felipe Scolari la convocatoria para el Mundial de Corea del Sur y Japón del goleador e ídolo de multitudes Romário de Souza Farias.

El técnico ignoró las presiones de Cardoso y otro puñado de influyentes y para fortuna suya regresó con el título al país.

En 2009, durante las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica, Costa Rica había sufrido dos golpes durísimos para sus aspiraciones contra Honduras (4-0) y México (0-3).

Días antes del partido siguiente en territorio salvadoreño, que se perdería por 1-0, el jefe del Estado Oscar Arias (2006-2010) pidió al entonces seleccionador, Rodrigo Kenton, que convocara al delantero y máximo goleador con 47 Rolando Fonseca.

"No sé qué tiene 'Rolo' Fonseca pero yo creo que es un gran jugador, debe tener unos 34 o 35 años y no veo que esa sea una edad como para que no lo convoquen a la selección", dijo Arias.

Fonseca no fue convocado por Kenton pero volvió a la selección para la repesca que ganó Uruguay cuando la selección Costa Rica ya no era dirigida por Kenton y sí por el brasileño René Simoes.

En Bolivia, el Gobierno de Evo Morales, un reconocido aficionado al fútbol, llegó a plantearse en 2010 la posibilidad de intervenir desde el Estado en las instituciones del balompié, no obstante, la FIFA advirtió con sancionar al país si ello ocurría.

Por iniciativa del propio Morales, el Gobierno pretendía aplicar un proyecto llamado "Los hijos del Presidente", para descubrir a jóvenes talentos que serán la base de la futura selección de fútbol, sin embargo, el Ejecutivo no ha vuelto a hablar de esa iniciativa.

El Gobierno también analizó una propuesta del técnico español Xabier Azkargorta para renovar el fútbol boliviano con miras al Mundial 2014, pero esa idea tampoco prosperó.

También en Brasil el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva intentó dar consejos a los seleccionadores del país.

En el 2006 cuestionó la convocatoria de Ronaldo al Mundial de Alemania por considerarlo "gordo", lo que generó una irónica respuesta del goleador.

Y en el 2010 Lula intentó en vano convencer a Dunga de que llevara a las jóvenes promesas Neymar y Paulo Henrique Ganso al Mundial de Sudáfrica.

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