Hong Kong agotó la fiesta del rugby dentro y fuera del estadio

  • Hong Kong vibró con su selección hasta las últimas horas del torneo anual de rugby a siete, en el que su equipo logró llegar a una final con un público entregado en la fiesta deportiva más grande de esta competición a nivel mundial.

Isabel Fueyo

Hong Kong, 24 mar.- Hong Kong vibró con su selección hasta las últimas horas del torneo anual de rugby a siete, en el que su equipo logró llegar a una final con un público entregado en la fiesta deportiva más grande de esta competición a nivel mundial.

El estadio deportivo de Hong Kong volvió a mostrar que el torneo es pura fiesta, especialmente a medida que se iba acercando la tarde y, con ella, las finales del campeonato.

Los tres encuentros, con dos victorias, que jugó la selección de Hong Kong pusieron la nota vibrante entre el público que ayer había dejado la actuación de los Beach Boys.

Y es que el conjunto local logró vencer a las selecciones argentina y estadounidense, esta última vivida con gran apogeo por el público.

"El ambiente no empieza a calentarse hasta entrada la tarde, la gente está aún pagando las consecuencias de la jornada de ayer, del día y de la noche", explicó a Efe James Mirren, un inglés en su quinto "Sevens" de Hong Kong.

Así pudo verse en el campo, especialmente poco antes de las seis de la tarde, cuando el equipo de Hong Kong disputaba contra su antigua metrópoli la final de la categoría Bowl, la tercera de mayor importancia en este campeonato.

El estadio rugió a favor del equipo local, pese a que el conjunto inglés es el que más aficionados extranjeros atrae a este campeonato y quien acabó aplastando las esperanzas de que Hong Kong se hiciera con el trofeo.

Entre los espectadores se encontraba hoy el atleta retirado Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres, invitado de honor en el palco de la federación de rugby de Hong Kong.

Sólo Argentina dejó buen sabor de boca para los aficionados latinoamericanos, que apenas se hicieron notar en las gradas, al ser el único que llegó a una final de la última de las categorías que se disputan en este campeonato.

El conjunto español cayó derrotado en los dos encuentros que disputó a lo largo de hoy contra Sudáfrica y Francia y terminó último.

En esta última jornada los vendedores de entradas en la reventa no solo volvieron a rodear los accesos al recinto deportivo sino que en su última oportunidad por llevarse el bolsillo lleno lo intentaron por diversos puntos de la ciudad, algunos situados a kilómetros de las inmediaciones del estadio.

Un trabajo que para la próxima edición se espera que será más lucrativo, ya que según publica hoy el periódico local "South China Morning Post", la organización prevé reducir el número de entradas puestas a la venta al público, después de que este año la venta ya se redujera a 4.000, respecto a las 5.000 de 2012.

"La decisión hará más difícil que los que no trabajamos en ciertos sectores podamos asistir o, de hacerlo, tengamos que pagar demasiado por ello, pero así funciona esta ciudad, el dinero es lo único que manda", explicó a Efe desde la grada sur del campo Brian Dale, un inglés residente en la antigua colonia británica.

"No obstante, con más o menos entradas a la venta general, la fiesta está asegurada, como todos los años", afirmaba el espectador Leonard Cheng desde uno de los palcos alquilados para el evento por una firma financiera.

El torneo de Hong Kong volvió a cerrar con el mismo sabor de boca que el de todos los años, el de haber convertido la ciudad en una fiesta permanente durante tres días.

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