Interlagos es testigo de consagración de Vettel y de subcampeonato de Button

  • La consagración del alemán Sebastian Vettel (Red Bull) como bicampeón mundial y el subcampeonato del británico Jenson Button (McLaren) fueron la nota predominante del Gran Premio de Brasil, que este domingo cerró en el circuito de Interlagos, en Sao Paulo, la temporada de la Fórmula Uno.

Waldheim García Montoya

Sao Paulo, 28 nov.- La consagración del alemán Sebastian Vettel (Red Bull) como bicampeón mundial y el subcampeonato del británico Jenson Button (McLaren) fueron la nota predominante del Gran Premio de Brasil, que este domingo cerró en el circuito de Interlagos, en Sao Paulo, la temporada de la Fórmula Uno.

La prensa brasileña destaca hoy la victoria el domingo del australiano Mark Webber (Red Bull) en el circuito de Interlagos, en el que los pilotos disputaron sólo el subcampeonato individual en vista de que el título de pilotos y el de constructores ya estaban decididos.

Sin embargo, el protagonismo es de Vettel que fue segundo ayer y cerró con broche de oro una temporada en la que no tuvo rivales, mientras que Button ratificó el segundo lugar en la clasificación individual y Red Bull se confirmó como la mejor escudería de la temporada.

Button tenía como rival a Fernando Alonso (Ferrari), pero con su tercer puesto de ayer, por delante del español, se aseguró la segunda casilla del campeonato.

Vettel, que el año pasado se convirtió en el campeón más joven de la Fórmula Uno, superó también en la sesión de clasificación del sábado el récord de primeros lugares en la parrilla de salida, que ostentaba desde 1992 el británico Nigel Mansell con catorce "poles".

La incógnita por una carrera con pronóstico de lluvia que finalmente no llegó y la participación de tres brasileños: Felipe Massa (Ferrari), Bruno Senna (Renault Lotus) y Rubens Barrichello (Williams), fueron también motivo para que los más de 53.000 espectadores vibraran el domingo con el rugido ensordecedor de los bólidos.

Sao Paulo, única ciudad en Suramérica que recibe cada año al "circo" de la Fórmula Uno, esperaba sin embargo la presencia de unos 100.000 amantes del automovilismo o al menos superar los 61.000 espectadores de 2010.

Pero el hecho de que el campeonato llegara a la última prueba con el título decidido le restó atractivo a la carrera en Sao Paulo y mermó el público.

En los cálculos de la administración municipal los turistas por la Fórmula Uno dejarán este año 300 millones de reales (unos 159 millones de dólares) en la ciudad.

La merma del público en un 13 por ciento tampoco apagó la emoción en las tribunas, que teñidas de rojo, el color predominante por la mayoría de seguidores que tiene la escudería italiana Ferrari, vibró con las maniobras de los pilotos.

Los tres brasileños en carrera y el australiano Lewis Hamilton (McLaren) corrieron con un acaso amarillo, de franjas azul y verde, los colores de Brasil, en homenaje al fallecido tricampeón Ayrton Senna, quien hace justamente veinte años consiguió su último título.

El japonés Kamui Kobayashi (Sauber), en tanto, disputó la prueba con un casco diseñado por el músico Joe Hahn, de la banda estadounidense Linkin Park, que será subastado para recaudar fondos para las víctimas del terremoto de marzo pasado en Japón.

Durante los tres días del Gran Premio la mayoría de las noticias giró en torno del movimiento de pilotos para la temporada 2012 y uno de los más comentados fue Barrichello, quien a los 39 años busca un equipo para continuar en la Fórmula Uno.

Los garajes del autódromo recibieron este año la visita de celebridades como los futbolistas Ronaldo y Paulo Henrique Ganso y de cantantes cono la estadounidense Macy Gray, la británica Jessie J. y la modelo israelí Bar Refaeli.

La carrera contó también con la presencia de los tricampeones Nelson Piquet, Niki Lauda y Jackie Stewart, el bicampeón Emerson Fittipaldi y el campeón Jacques Villeneuve.

El francés Jacques Laffite, el británico Martin Brundle, el escocés David Coulthard y el alemán Christian Danner, todos protagonistas en sus años de Fórmula Uno, formaron parte del equipo de comentaristas de televisión, mientras que el austríaco Alexander Wurz trabajó con el grupo de comisarios oficiales.

Piquet, encargado del banderazo final de la carrera, dio una vuelta previa en su Brabham de 1981, con el que conquistó su primer título mundial, empuñando una bandera del Vasco da Gama, equipo de Río de Janeiro que está en la lucha por el título brasileño de este año, para darle un toque futbolero a la prueba reina del automovilismo.

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