Isco y James Rodríguez roban y asisten para Cristiano Ronaldo

    • El español robó ocho balones, siempre trabajando sin el balón tapando el costado izquierdo.
    • James dio el pase de gol en el tanto del portugués, que abrió una noche memorable

En la antesala del Clásico, el Real Madrid firmó una actuación memorable en Anfield Road, donde despachó al Liverpool con brillantez en un ejercicio coral en el que todos los jugadores rayaron cerca de su mejor nivel. A tres días de enfrentarse al Barcelona, Ancelotti ha encajado las piezas del puzzle. Cristiano Ronaldo sigue desatado, Kroos y Modric dan vuelo al centro del campo y James e Isco lo mismo destilan talento que exudan trabajo. Un equipo redondo que asusta.

Es necesario poner en valor la clarividencia de Ancelotti, que ha resuelto los problemas que acuciaron al Madrid en el principio de la temporada. Sin Alonso y Di María, dos piezas clave en el equipo campeón de Europa, el entrenador ha tenido que reinventar un conjunto exitoso. Su incidencia sobre la reconversión de James Rodríguez e Isco merece ser subrayada.

Ancelotti ha sido capaz de convertir al máximo goleador de la Copa del Mundo y a un virtuoso en dos pretorianos sin el balón y en dos piezas de notable ortodoxia táctica. "Los delanteros se están sacrificando defensivamente y todos ayudan", reconoció el entrenador tras el partido. Isco robó ocho balones, siempre custodiando la banda izquierda en fase defensiva. Misión de James es tapar el otro costado cuando es menester. Dos dieces acostumbrados en otras fases de su carrera a ser la referencia de sus equipos, sacrificados en favor del grupo.

Si el Madrid es un equipo organizado y solidario, su calidad se impone a chorros. Así lo reconocen los protagonistas. "Es importante jugar juntos y defender porque es más fácil robar y crear ocasiones", expuso Benzema. En todas las líneas, cuenta con futbolistas en plenitud. La manija del centro del campo ahora corresponde a un alemán de nombre Toni Kroos, que completó 88 de 90 pases, entre ellos una asistencia a Benzema en el segundo gol del equipo. Su mezcla con Modric en la medular y el dinamismo de James e Isco ha terminado de macerar el Madrid de los centrocampistas. Los blancos dieron 101 pases más que el Liverpool y amasaron la posesión durante el 54% del tiempo. El Madrid se organizó en torno al balón, tuvo las líneas juntas, atacó ordenado y recuperó el balón rápido, necesitando sólo cuatro faltas.

De este excelente comportamiento grupal se beneficia Cristiano Ronaldo, el mejor futbolista del mundo. Hizo otro tanto tras un gran servicio de James que el portugués puso en la red con un sutil toque sólo al alcance de unos pocos. Pudo hacer al menos otro par de goles, pero Mignolet se impuso dejando para otro día el récord del máximo goleador de la Champions. Sin Bale, un clon de Cristiano siempre obsesionado con la portería, crece el cooperativismo en el Madrid. Benzema fue otra vez el mejor regalo para sus compañeros. Hizo dos tantos y generó cuatro ocasiones de gol.

En su mejor noche de la temporada y una de las mejores que se le recuerdan en los últimos tiempos, tampoco sufrió. Ni siquiera coqueteó con la desconexión en una segunda mitad que fue un ejercicio de profesionalidad y control. Sin Bale, sólo hay una duda en la disposición del Madrid. Taparse con un centrocampista extra, llámese Illarramendi o Khedira, o seguir dando carrete a un Isco albañil y arquitecto a la vez, más maduro que nunca.

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