Iván Alonso gana el oro en K-1 y da a España su quinta medalla en el Mundial

  • El gallego Iván Alonso ha conseguido hoy la medalla de oro en los Mundiales 2012 de Piragüismo en la modalidad de maratón, que se celebran este fin de semana en Roma, donde la selección española ya ha conseguido cinco medallas a la espera, mañana, de las pruebas de K-2 y C-2.

Carmen Menéndez

Roma, 22 sep.- El gallego Iván Alonso ha conseguido hoy la medalla de oro en los Mundiales 2012 de Piragüismo en la modalidad de maratón, que se celebran este fin de semana en Roma, donde la selección española ya ha conseguido cinco medallas a la espera, mañana, de las pruebas de K-2 y C-2.

Alonso, en K-1, suma su triunfo a los conseguidos por Tono Campos, en C-1, ambos en sénior; a los que se unen en sub'23 el oro de Eva Barrios, en K-1, y el bronce de Alan Ávila, en C-1, para completar la cosecha el bronce C-2 júnior de Adrián Gonzalvez y José Luis López.

El conjunto que dirige Juan Carlos Martínez aspira a revalidar el título de campeón del mundo por países en esta cita mundial que congrega a medio millar de participantes de cuarenta países competidores en la competición que se disputa en un circuito urbano en plena ciudad de Roma.

El K-1 masculino, plato fuerte de la jornada, no decepcionó. El español Iván Alonso (2h.11m.43) mostró de salida la raza y el crecimiento adquirido en los dos últimos años, ese que ya acreditó en el pasado Mundial cuando un barco que se cruzó en la bahía de Singapur le alejó de la lucha por las medallas.

Hoy, comenzó liderando el Mundial 2012, tuteando al vigente campeón, el sudafricano Hank McGregor, entre otras figuras, todas ellas enfiladas tras el gallego, en la entrada a los dos primeros del total de siete porteos.

Mientras el otro español, David Rodríguez, se esforzaba por no quedar descolgado, Alonso se fortalecía asentándose en la cabeza de la prueba en la que del tercer porteo fue el único competidor capaz de aguantar el tirón imprimido por los sudafricanos, al que también respondió el luso Pimenta, subcampeón olímpico en Londres en K-2 1.000, ante el percance de su compañero José Ramalho, trastabillado después de que la embarcación de McGregor contactara con él en plena carrera a pie.

Tras ese hecho puntual, en el ecuador de los 30,1 kilómetros que totaliza el recorrido del maratón en piragüismo, la regata parecía inaccesible para la mayoría de los palistas y únicamente cosa de cuatro, los sudafricanos McGregor y Len Jenkins, el luso Fernando Pimenta y Alonso, debido al ritmo marcado en la salida del porteo, con Ramalho intentando recuperarse.

Las dos vueltas siguientes mantuvieron el cuarteto de cabeza adelante pero con el grupo perseguidor cada vez más cercano. Tal fue el esfuerzo por contactar con los líderes que, a la entrada del sexto porteo, la cabeza de carrera había modificado su configuración con la entrada de nuevos palistas y la baja significativa de McGregor, relegado al segundo grupo, ligeramente descolgado.

Hizo visible Alonso su malestar por la falta de colaboración en los relevos de sus tres compañeros de escapada llegando incluso a pararse en la quinta vuelta, mientras miraba atrás para comprobar la aproximación de los perseguidores. Esa falta de colaboración permitió enganchar a Ramalho, que acabaría segundo detrás de Alonso, que entró vencedor con cierta comodidad.

Tanto la Federación Española como la Portuguesa ya habían formulado una reclamación ante la organización del Mundial por comportamiento antideportivo del sudafricano McGregor en los porteos.

En C-1 Tono Campos, con un tiempo de 2 horas, 5 minutos y 31 segundos, entró en solitario en la meta tras dejar atrás al húngaro Peter Nagy que había sido su compañero en el dúo protagonizado durante toda la regata, comandada por ambos.

En la salida Campos arrancó en las primeras posiciones seguido apenas tres puestos atrás por Mosquera en un adelanto del desarrollo de regata, que deparó la primera llegada al porteo con el húngaro accediendo en primer lugar. En este punto la canoa del magiar se le separó un poco del pantalán lo que aprovechó Campos para iniciar el primero la carrera a pie y concluir la distancia del porteo por delante del magiar, que de nuevo le dio alcance al regresar al agua.

El dúo Campos Nagy comandaba el C-2 con casi cien metros de ventaja sobre el tándem luso-alemán, que a su vez daba paso a otro grupo de embarcaciones capitaneadas por Mosquera en el segundo paso por el porteo, con idéntico registro en el tercero.

Incremento de distancias entre los primeros grupos y los relevos en la dupla de cabeza hacían avanzar la regata, que en el cuarto porteo ha podido tener un desencadenante especial en el tropiezo del rival de Campos al comenzar el porteo. De él, trastabillando en la empinada rampa, salió airoso Nagi, que pese a ceder unos metros frente al gallego, acabó reenganchando.

Al quinto porteo llegaron ambos, con otros cinco kilómetros remados, con el mismo ritmo y sin aparentes síntomas de debilidad; un poco más atrás, Mosquera insistía en no perder de vista la plaza del bronce ante posibles imprevistos que abrieran la posibilidad del podio a los más próximos.

El final, un esperado mano a mano entre el español y el húngaro después de que ambos llegaran de nuevo en solitario al sexto y último porteo, fue una entrada triunfal para el gallego, que lo hizo en solitario. Mosquera (2h.09m.46) fue cuarto.

La regata de K-1 damas ha proporcionado una exhibición de la húngara Renata Csay, acumuladora de título, y ha dejado en clave española la actuación combativa de sus representantes, Mara Santos y Amaya Osaba, sin opciones de optar a medalla durante la regata.

Al cumplir el paso por la primera vuelta, Mara Santos ya había iniciado su remontada que incluía a su propia compañera de equipo, Osaba, a la que aventajaba en algunas posiciones, si bien ambas paleaban alejadas más de un docena de puestos de la cabeza que ostentaba la húngara, que lideraba en solitario una alargada fila de participantes.

El segundo porteo ha mantenido el poderío húngaro y la posición retrasada de las españolas, en el intermedio de la carrera, para llegar al tercero reafirmado la húngara superioridad y Santos y Osaba cerrando el gran pelotón mundialistas al que aún le seguían media docena de embarcaciones.

Con el público obsequiando con los primeros aplausos la apabullante actuación de Csay cuando asomó en solitario por el cuarto porteo, la regata femenina para los intereses españoles quedaba desvanecida por las posiciones retrasadas de Mara Santos y de Amaya Osaba, que aún había cedido más terreno.

La recta final solo podía certificar lo que había una constante en cuanto al triunfo de la húngara y el inalcanzable podio para las españolas si bien brindó el entusiasmo del público italiano cuando Cicali logró dejar atrás a la búlgara para irse segunda en busca de la plata.

Entró la húngara triunfadora ante el reconocimiento del público que festejó especialmente el subcampeonato de Cicali, mientras que la búlgara Berenike Faldum fue tercera, con una diferencia de más de cien metros entre cada una de las ocupantes del podio.

Mara Santos, a sus 43 años, llegó a la meta en el puesto número 14, tras remar más de veinte kilómetros, involucrada en un sprint. Instantes después, llegó Osaba, décimo octava.

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