Jorge Valdano: "Lo de España es algo más que un ciclo"

  • Tras toda una vida vinculado al mundo del fútbol y después de haber levantado la Copa del Mundo de 1986, su análisis de lo que se puede esperar de Brasil 2014 se antoja indispensable.

Rafael Salido

Madrid, 16 may - Tras toda una vida vinculado al mundo del fútbol y después de haber levantado la Copa del Mundo de 1986, su análisis de lo que se puede esperar de Brasil 2014 se antoja indispensable.

En una distendida charla con EFE, Valdano disecciona a algunas de las principales selecciones que se postulan como firmes candidatas a alzarse con la Copa.

Pregunta- Han pasado casi 30 años desde el último Mundial disputado en Sudamérica. Qué recuerdos, ¿no?

Respuesta.- Es una referencia atroz del paso del tiempo. Tengo tan nítidos los recuerdos que si me dicen que pasó hace cinco años estoy más dispuesto a creerlo. Y en términos de usos y costumbres, la distancia es todavía mayor. Desde entonces el fútbol se convirtió en otra cosa. Y el futbolista, también. En el 86 hubo un pionero, un primer héroe, que fue Maradona. En aquel Mundial, Maradona desató cientos de artículos intelectuales en todo el planeta y más de cien canciones; dedicadas a su juego, que tenía un componente artístico, pero sobre todo a su dimensión política y social. En el '86 que un futbolista interesara a grandes intelectuales empezaba a conducir al fútbol hacia otra dimensión. Ese fue el último Mundial romántico, pero también el que creó el antecedente del nuevo fútbol.

P.- Alzarse con el título, sus cuatros goles, vencer a Inglaterra en ese momento, vivir en primera persona el mítico gol de Maradona, anotar un tanto en la final... ¿con qué se queda?

R.- Con el final del partido; el final de la final, que se hizo interminable. Empezamos ganando 2-0, empataron y luego, faltando pocos minutos para el final, llegó el 3-2 y a partir de ahí el tiempo se hizo infinito. Cada segundo era una eternidad. Y sí, el final del partido fue una música inolvidable. El ruido de la culminación; yo diría que de una vida. El Mundial es el gran escenario. Irte del fútbol con la tranquilidad de que lo has vivido, yo suelo decir que te hace un poquito más feliz todos los días del resto de tu vida.

P.-¿Qué espera de Brasil'14?

R.- Hay dos influencias que yo creo son buenos antecedentes. Primero, el título de España en el último Mundial, porque lo hizo defendiendo un fútbol de alta calidad. Y segundo, el hecho de que se juegue en un país que tiene una sensibilidad especial por el fútbol artístico. Y tenemos un freno a esas expectativas que es el tremendo cansancio de muchos de los jugadores. Al Mundial del 86, Maradona llegó con 29 partidos sobre las piernas; y si uno hace las cuentas ahora de lo que han jugado Cristiano o Messi, pues posiblemente estén entre 60 y 70 partidos. Eso en un país que tiene un clima especialmente exigente puede condicionar el espectáculo.

P.- A menos de un mes para que empiece el Mundial, ¿ve a Brasil preparada para organizar un evento de tal magnitud?

R.- Hay que medirlo desde una dimensión no puramente económica. Para muy pocos países del mundo el fútbol significa tanto como para un brasileño. Por lo tanto, me parece coherente que la política complazca esa sensibilidad de doscientos millones de habitantes. Yo creo que todo aquello que atañe a lo estrictamente futbolístico estará en orden. Ahora, quizás, tratándose de un país tan grande y con déficit de infraestructuras importantes, sí que habrá problemas de comunicación. No sé si los hoteles darán abasto y hasta qué punto habrá un control sobre los precios. Pero supongo que también lo percibirán como una oportunidad de mostrarle al mundo sus progresos.

P.- Tras la contundente derrota sufrida ante la Canarinha en la final de la Copa Confederaciones, muchos hablan de un fin de ciclo en La Roja. ¿Cree que es así?

R.- No. Las divisiones sub-21 y sub-19 hablan de que lo de España es algo más que un ciclo, que es algo más que un capricho generacional. Hay un estilo de fondo. Las escuelas se están respetando y eso le va a dar a España continuidad en términos competitivos. Xavi es irreproducible, pero creo que España va a seguir teniendo protagonismo. Eso no hace obligatorio ser campeón del mundo; pero creo que el golpe de autoestima de Sudáfrica pondrá a las nuevas generaciones ante un desafío.

P.- ¿Entiende la decisión de Del Bosque de seguir contando con Casillas pese a los pocos minutos que ha jugado esta temporada?

R.- Me resulta mucho más difícil explicarme la suplencia de Casillas en el Real Madrid, que su titularidad en el próximo Mundial. Su carisma, su madurez y su personalidad, yo diría que son imprescindibles. Tiene fama de hombre de suerte. Yo creo que eso es un calificativo mezquino de un país muy resistente al éxito de las personas. Los golpes de suerte son excepcionales. Cuando uno lo convierte en parte de la normalidad es que tiene un talento superior que no sabemos reconocer.

P.- Un poco como cuando Picasso decía aquello de que no creía en las musas, pero que si llegaban mejor que le pillaran trabajando.

R.- Eso es. También decía que no hay genio sin técnica. Uno lo que le pide a un arquero es que la pelota no entre. Y en eso Casillas es de lo mejor que he visto.

P.- Otro nombre propio estos días es el de Arbeloa que no ha sido incluido en la preselección. ¿Usted cree que se debe únicamente a su estado de forma?

R.- Desde el último Mundial aparecieron Azpilikueta, Juanfran y Carvajal, y el paso del tiempo en el fútbol es especialmente cruel. Cuando uno está al frente de un gran club, o de una gran selección, y tiene deudas afectivas con jugadores que tienen una trayectoria intachable, se suelen tomar decisiones contra esos jugadores dos o tres años tarde. Porque el exceso de respeto hace que uno piense mucho en la justicia del relevo. Por eso creo que Del Bosque ha tomado una decisión valiente y, conociéndole, no creo que haya ninguna otra consideración que se anteponga a lo futbolístico.

P.- Pero otros jugadores, como Villa o Torres, que también están en la cuerda floja, sí que han sido incluidos en la preselección.

R.- Porque no tienen su Juanfran, ni su Azpilikueta. Hay que analizar el caso y su contexto.

P.- En los últimos años, pese a contar con algunas de las principales estrellas del fútbol mundial, Argentina parece haber dado un paso atrás en sus aspiraciones. Si el equipo por fin se encuentra, ¿cree que tiene posibilidades de ganar el torneo?

R.- Un equipo que tiene a Messi entre los 23 convocados no puede no ser candidato. Argentina se ha alejado de sí misma porque se ha olvidado de la pelota, que fue nuestra gran obsesión durante cien años. Creo que nos hemos ido alejando de Menotti, que era el que mejor reflejaba la cultura futbolística del país y eso nos está condenando.

P.- ¿Qué le pasa a Messi cuando juega con la selección? ¿son los compañeros, le puede la presión, los medios exageran...?

R.- En Argentina esa batalla ya la ganó. Ya metió más goles que Maradona; sólo le queda superar a Batistuta y lo hará. Y la sospecha inicial hacia su rendimiento, que fue más un juego periodístico que un sentimiento popular, ya está despejada. Messi es víctima de sus expectativas. Estamos ante un jugador que el día que mete un solo gol nos parece poco. Esa normalidad este año no la hemos visto y por eso parece que está en una decadencia insoportable. Y lleva 28 goles, un número más que considerable. Pero bueno, las lesiones y un perseguidor implacable, que es Cristiano Ronaldo, han debilitado esa condición de superhéroe que tenía. Pero seguimos hablando del primer genio del siglo XXI.

P.- Argentina tiene también otros frentes abiertos estos días. ¿De verdad Tévez, tras su excelente temporada en la Juventus, no tiene sitio en esta selección?

R.- Estamos hablando de una selección que tiene a Di María, a Higuaín, a Agüero y a Messi en posiciones de ataque. Y poniéndome en el lugar del seleccionador, supongo que es consciente de que hay jugadores que son muy buenos titulares, pero son malos suplentes. Pero bueno, Tévez ha hecho todo lo posible por ir y tiene muy poco que reprocharse.

P.- Y en la portería, muchos aficionados reclaman la presencia de Willy Caballero; ¿comprende la fidelidad que Sabella profesa a sus tres arqueros habituales: Romero, Andújar y Orión?

R.- He sido testigo de la gran campaña de Caballero, que además está mostrando un nivel creciente desde que llegó al Málaga. Pero me da la sensación de que Sabella le pone mucho acento al grupo en términos de convivencia. Tengo una altísima consideración de Caballero y, como yo creo en el mérito, me apena que no haya obtenido premio. Pero siempre habrá un criterio de fondo que en ocasiones se puede explicar públicamente y en ocasiones, no.

P.- Una de las grandes favoritas es la anfitriona y reciente campeona de la Copa Confederaciones, Brasil. Sin embargo, ya no es esa selección que antaño enamoraba...

R.- La presión de un Mundial no es la misma que la de la Copa Confederaciones. Brasil es una selección potente, de tracción trasera. No tiene dos centrales, tiene cuatro, porque que los dos mediocentros contribuyen mucho a la difusión del juego. Arriba tiene un único jugador que es coherente con la imagen histórica que tenemos de Brasil, que es Neymar. Se trata de una selección que interrumpe mucho el juego. Durante la Confederaciones hizo más de 25 faltas por partido; disfrutó de cierta complacencia arbitral. Pero un Mundial tiene otra dimensión y va a tener que pelear contra esa terrible presión que a veces empuja y a veces retrae.

p.- ¿Ve a Neymar preparado para ser el líder que la Canarinha necesita?

R.- No, no tiene edad para líder todavía. Ni a las personalidades más fuertes las he visto ejercer un liderazgo antes de los 25 ó 26 años. Pero bueno, es un jugador que tiene una conexión emocional muy fuerte con el público. Y eso sí que puede favorecer a Brasil.

P.- En los últimos meses se ha escrito mucho sobre la decisión de Diego Costa. Usted también se forjó como jugador aquí en España, adonde llegó con apenas veinte años. ¿Entiende su elección?

R.- Costa se ganó en la cancha una oportunidad. La decisión, seguramente, tendrá un componente emocional y otro racional. Habrá visto más posibilidades de ser titular con la selección española que con la brasileña; que, por cierto, le dio menos oportunidades de las que mereció.

P.- Además, es difícil entender la actitud de Scolari, que ha sido especialmente duro con él; y más aún cuando él contó con jugadores de origen brasileño, como Deco y Pepe, cuando fue seleccionador de Portugal.

R.- Sí. Scolari, cuando analizó el caso, se olvidó de sí mismo.

P.- ¿Cómo ve al resto de selecciones latinoamericanas?

R.- Tras Argentina y Brasil, viene Uruguay que, aunque hicieron un pobre recorrido en la fase clasificatoria, sigue teniendo la mejor delantera del mundo con Cavani y Luis Suárez. Y a estas alturas sería muy ingenuo el no contar con Uruguay. Además, después del '50, imagino que Brasil no cometerá el error de subestimarlos. Chile es la selección sudamericana más sólida tácticamente. Tiene un entrenador que, al estilo de Bielsa, ha sabido exigirles y generar un nivel de competitividad muy alto. Es un equipo al que a mí no me gustaría tener en frente. Colombia es beneficiario de una nueva generación que, como aquella que lideraba Valderrama, tiene un talento muy, muy fresco. Mi sensación es que la presencia de Falcao tiene una tremenda fuerza real y también simbólica, atenuada por la presencia de Jackson Martínez y Bacca, que pueden disimular de alguna manera la posible ausencia de Radamel. Todavía tiene margen de mejora. Puede ser una de las revelaciones del Mundial. En cuanto a México, yo creo que éste va a ser un Mundial liberatorio. Jugaron, muy atados por los nervios, durante toda una eliminatoria muy decepcionante. Pero la clasificación ha supuesto un alivio. El entrenador trabaja muy bien lo emocional. Y, por último, está Ecuador. Éste va a ser su tercer mundial de los últimos cuatro, lo que muestra una clara evolución del país. Tiene jugadores con un biotipo envidiable. Y es un ejemplo de evolución; cómo ha ido eligiendo, en cada momento, al entrenador justo para ir dándole a la plantilla un salto de competitividad y de calidad.

P.- ¿Quién cree que parte como favorita para llevarse el Mundial?

R.- Brasil. Además de la presión del local, va a tener que sobrellevar la presión del favorito.

P.-En México'86 fue testigo de la eclosión de un jugador que acabaría siendo una leyenda: Butragueño. ¿Quién cree que puede ser el jugador revelación del torneo?

R.- No sé, pero en cada país hay alguien. Tenemos que ir a gente muy joven y no sobran jóvenes en el Mundial. La experiencia todos sabemos que es un grado. Y es difícil encontrar un campeón con un promedio de edad inferior a 28 o 29 años. Y eso hace que el campeonato no sea apto para menores. Pero bueno, los que se han ganado el derecho a estar ahí siendo muy jóvenes es porque tienen algo especial. Ahí tienen el escenario.

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