"No nos den por muertos". "Si hay un equipo que puede remontar esto es el Barcelona". Estas son frases que apelan a la heroica de Mascherano y Luis Enrique minutos después de ver como el Athletic Club les infligía un correctivo severo cuatro días después de ganar su cuarto título del año en Tiflis. Técnico y cuarto capitán quisieron encender los ánimos de puertas para afuera porque en el vestuario hay muchas cosas que solucionar. El principal problema de este Barcelona lleno de éxito: una fragilidad defensiva que le ha costado 8 goles en dos partidos, algo que no le sucedía desdeel pasado año 2001.90' i el Camp Nou. Jo hi crec.— Gerard Piqué (@3gerardpique) agosto 14, 2015
Porque la victoria ante el Sevilla en la prórroga de la final de la Supercopa de Europa gracias a un gol de Pedrodejó un poso amargo en la expedición culé. Después de una primera parte excelsa donde pareció que el conjunto culé no hubiera estado en la playa, el equipo se descompuso y vio como el conjunto andaluz le remontaba un 4-1.¿El motivo?La mala sinergia a la hora de cubrir en zona por parte de los cuatro defensas y la poca implicación defensiva de un centro del campo y delantera con poco aire y demasiada confianza.
Una defensa en horas bajas
El Sevilla les dio un susto y el Athletic Club le mandó a la lona a base de intensidad, ayudas y una presión alta que hizo a los de Luis Enrique recibir un baño enSan Mamés. Con resaca después de la victoria de Tiflis, el Barcelona quiso que pasara el partido con el balón en los pies y un ritmo ramplón pero le condenaron sus errores defensivos.
En todos los goles vascos hay un gran error en zona defensiva. En el primer tanto Ter Stegen erra al salir fuera del área al despejar con la testa al centro y San José se aprovechó y en el resto Dani Alves tuvo influencia. En el segundo tanto fue desbordado con facilidad en la banda derecha, en el tercero despejó al centro y Aduriz remachó, en el cuarto cometió un penalti pueril que el delantero vasco transformó.La segunda línea culé da pocas garantías
Tras los 120 minutos disputados en Tiflis, Luis Enrique optó por mover el banquillo en la final de San Mamés y el equipo lo pagó. Piqué, Busquets, Iniesta, Rakitic y Mathieu dejaron sitio a Adriano, Sergio Roberto, Bartra, Vermaelen y Pedro. Excepto el canario, que mandó un tiro al larguero cuando el Athletic Club ganaba por un tanto, todos decepcionaron.
A falta de Arda Turan y Alexis Vidal, y con Pedro con un pie fuera del Barcelona, ¿qué banquillo le queda al conjunto culé para afrontar la competición hasta enero? En el día de ayer todo son dudas con una segunda línea que no dio el nivel. Adriano estuvo mal tanto defensivamente como en zona ofensiva, Sergio Roberto y Rafinha no acapararon protagonista y no proporcionaron control. Por su parte, Vermaelen y Bartra, destinados a tener minutos durante la temporada, se vieron sobrepasados en todo momento por los atacantes vascos por la poca implicación defensiva y menos ayudas de sus compañeros.Récord negativo de goles
Desde hacía 14 años el Barcelona no encajaba ocho goles en dos partidos. Ocurrió en 2001 con Pepe Reina de portero dos empates ante Villareal (4-4) en el Madrigal y Zaragoza (4-4) en el Camp Nou. Estos ocho goles también merman la moral de un Ter Stegen que se confirmó el año pasado como un portero con las suficientes virtudes futbolísticas como para ser titular.
El portero encajó la temporada pasada 11 tantos en Liga BBVA y 5 en Copa del Rey. Así, en dos partidos ha encajado la mitad de goles que en los 21 partidos del año pasado (13 en Champions League y ocho en Copa).
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